Gerardo Martino regresa a nuestro país, después del gran fracaso de México en la Copa del Mundo Qatar 2022, bajo su dirección técnica.
El Tata no viene solo, trae a Lionel Messi, el futbolista al que enfrentó en la justa mundialista en ese macabro, polémico y cuestionado partido contra Argentina, en el que la Selección Nacional salió a no hacerle daño a la Albiceleste.
Muchos aún insisten en que Martino “entregó” el juego, para que el equipo argentino se recuperara de la derrota frente a Arabia Saudita, evitar su eliminación en la fase de grupos y mantener el sueño de Messi de ganar por fin un Mundial.
La afición y el futbol mexicano en general no perdonan el desastre del entrenador.
Culpan, con justa razón, el mal trabajo del director técnico durante los dos últimos años de su gestión, que se reflejaron en el ridículo que se hizo en Qatar.
Los jugadores tuvieron su culpa, los dirigentes que lo mantuvieron también, pero el responsable mayor fue el técnico.
Maldita la hora en la que Yon de Luisa, en ese entonces presidente de la Femexfut, decidió apoyarlo, con todo y las escandalosas derrotas frente a Estados Unidos.
Martino, seguramente, no está nada contento de volver a un lugar en donde lo odian, así que su actitud será hostil desde que toque suelo regio.
Rayados tiene en sus manos concluir de manera exitosa la eliminatoria, que está muy caliente después de lo que sucedió en la zona de vestuarios al final del partido de ida.
Martino, Messi y el Inter Miami no la van a pasar bien en Monterrey.