El VAR no es un artilugio mágico, ni tampoco un artefacto generador de justicia instantánea. El VAR es una herramienta tecnológica que sirve como apoyo para buscar evitar injusticias, pero sus resultados dependen de la apreciación de las personas.
Por ende, el VAR puede reducir las decisiones equivocadas, pero jamás las erradicará. Así de fácil.
Ingenuamente, pensaba que lo que sí quedaría en el pasado son los reclamos, a modo de turba, al árbitro.
Al futbolista, le importa un pepino que la jugada haya sido revisada en el monitor; ni así pueden detener sus ansias de hacerla de jamón (incluido el agresor, que sintió cómo casi le parte la pierna al rival).
Y, tristemente, tampoco acabó con los lloriqueos post partido.
Las derrotas siguen siendo hijas de los silbantes. El Barcelona perdió, única y exclusivamente, por culpa del árbitro.
Confieso que soy de los que creen que el gol no convalidado debió ser bueno, pero —en apego al protocolo del VAR— el señor Soto Grado hizo lo correcto: ninguna toma es lo suficientemente clara para saber si la pelota entró en su totalidad o no (medio milímetro de balón sobre la línea no es gol).
Joan Laporta, presidente del conjunto culé, aseguró ayer que exigirá que se repita el partido si se comprueba que la pelota rebasó en su totalidad la línea. Ellos creen que sí, pero quieren revisar bien cada imagen para cerciorarse y decidir si reclaman o no.
¿El Barcelona quiere tomarse su tiempo para peritar los videos?
Es decir que, tácitamente, aceptan que no hay prueba contundente y quieren someter ante investigadores la jugada para definir si es gol o no.
Mejor que lean el protocolo del VAR y se ahorren el ridículo.
En México, André Jardine se quejó del trabajo de Fernando Guerrero. Aclaro que, para mí, era expulsión a Piero Quispe.
Pero también estoy convencido de que el América no perdió ante Pumas por culpa del árbitro y, mucho menos, que hubiera una consigna contra el campeón (de ser así, no les daban el penalti). Pero siempre será más fácil culpar al señor justicia que asumir las propias falencias.
Finalmente, Martín Anselmi pidió que no le regalen nada, pero que tampoco le quiten, en alusión al posible penalti que Luis Enrique Santander no fue a revisar.
La Máquina no pudo contra un Atlas desastroso y el empate es responsabilidad del arbitraje. Así se las gastan en todo el mundo, pero —eso sí— cuando un equipo gana con un gol o un penalti mal otorgado por el VAR, “son cosas del futbol”.
En ese escenario, jamás alguien le dio las gracias al árbitro o dijo una verdad tan simple como: “hoy fuimos favorecidos”. En fin, como dicen por ahí, “el futbol es un juego de caballeros jugado por villanos”.
Adendum. “Chivas juega mejor sin CH14”, me aseguró Knut, con total aplomo.