22 de Noviembre de 2024

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Durante muchos años, el Partido Acción Nacional era el partido político que en México representaba a la derecha, con posiciones conservadoras, provida, proempresariales y a favor del Estado de derecho. En ese instituto político, sus presidentes como Manuel Gómez Morín, Adolfo Christlieb, Luis H. Álvarez o incluso Felipe Calderón avanzaron con éxito esta filosofía.

Pero luego buscaron ser más pragmáticos y competirle el “centro” al PRI, y bajo los liderazgos de Manuel Espino (ahora en Morena) y Germán Martínez (pasó a Morena y ya de vuelta en el PAN) empezaron a perder parte de su identidad tradicional.

Hoy el PAN ya no es un partido de derecha. Están aliados con dos partidos de izquierda, PRI y PRD, —incluso son miembros de la Internacional Socialista— y su candidata a la presidencia, Xóchitl Gálvez, enarbola banderas que causan tensión a los panistas tradicionales: a favor del asistencialismo social, del aborto y de los más amplios derechos para la comunidad LGBT+.

Con la reubicación del PAN en el espectro político hacia el centro, una parte importante del electorado mexicano se siente no representada. Y para llegar a esos millones de personas se está empezando a organizar lo que podría ser el origen de un nuevo e importante partido político. Parece que ya hay al menos tres interesados serios en formar un nuevo instituto político:

  1. La iglesia evangélica: ellos intentaron avanzar la candidatura presidencial del actor/productor Eduardo Verástegui para la contienda presidencial en curso. No juntaron las firmas requeridas para ser un “candidato independiente”. Pero en su hoja de ruta estaba y está la creación de un partido de derecha.
  2. La “marea rosa”: los organizadores de las marchas que se han convocado en la CDMX y en varias ciudades, liderados por Claudio X. González, con sus movilizaciones están ensayando la creación de un nuevo partido. No se sienten representados por sus hoy aliados (PRI, PAN y PRD) y ya están en los ensayos para formar un partido con presencia nacional.
  3. Ricardo Salinas Pliego: la puesta en marcha de la Universidad de la Libertad —“una universidad de inconformes que piensa con libertad”— y la filosofía que el empresario está empujando en su televisora y en sus redes sociales lo posiciona como potencial impulsor de un partido, emulando las narrativas de Berlusconi, en Italia; Milei, en Argentina, y hasta de Trump, en EU.

Finalmente, hay que señalar que el PAN está al tanto de lo que está sucediendo y del “hueco” político que se ha generado en el lado derecho del espectro ideológico. Tan es así que ayer, cuando Xóchitl Gálvez y los presidentes del PRI y PRD fueron al TEPJF, el presidente del PAN, Marko Cortés, no los acompañó. ¿En dónde estaba el presidente panista, en lugar de estar con el máximo árbitro electoral? En una junta con organizaciones provida y, además, estaba con quien será probablemente su sucesor, Jorge Romero, coordinador de los diputados federales panistas. Así, la dirigencia del PAN empieza a ver, con urgencia, más allá de la elección del 2 de junio.

La oportunidad de crear un nuevo partido político se da solamente una vez cada seis años, pasadas las elecciones presidenciales. El proceso dura 1.5 años y deben conseguir 250 mil firmas, distribuidas en 20 entidades. Cumplido este requisito, su primera medición electoral serán las elecciones legislativas de 2027.

Han existido otras intentonas que han fracasado, como fue el caso de México Libre (Felipe Calderón y Margarita Zavala) en 2019. Pero ahora parece que las condiciones están dadas. Si el PAN no gana la Presidencia de la República ni la Jefatura de Gobierno de la CDMX, podría incluso haber una desbandada panista al nuevo partido.

Así, son varios los actores —de la mayor relevancia— que están empezando a poner su mira después de la elección del 2 de junio. Nada es seguro, pero al parecer viene una reconfiguración de las fuerzas políticas para constituir un partido de derecha en México.