En octubre de 1824 los mexicanos votaron por primera vez para elegir a su primer presidente de la entonces naciente República. Guadalupe Victoria ganó aquella elección y desde entonces, primero cada cuatro años y luego cada seis, los ciudadanos de este país votaron para elegir en total a 65 presidentes que tuvieron una característica en común: todos fueron hombres. Anoche, por decisión mayoritaria de los electores, por primera vez la Jefa del Estado mexicano no será más un hombre, sino una mujer.
Claudia Sheinbaum Pardo, declarada anoche virtual ganadora de la elección presidencial, con base en los conteos rápidos del INE y con más del 30% de las actas contabilizadas que le otorgaban entre el 58 y el 60% de la votación, se convertirá en la primera mujer presidenta de este país. Tuvieron que pasar 200 años para que una mujer pudiera romper el último “techo de cristal” que le quedaba a la política mexicana y llegara a ocupar la titularidad del Poder Ejecutivo Federal.
La primera mujer Presidenta llegará además con una votación histórica porque habría obtenido 35 millones de votos, según las proyecciones del conteo rápido del INE, con lo que superaría los 30 millones de votos que en 2018 obtuvo Andrés Manuel López Obrador. Pero además llegará también con una mayoría absoluta en el Congreso de la Unión, con al menos 79 senadores y con al menos 320 diputados, con lo que Claudia Sheinbaum tendrá la posibilidad de impulsar y que le sean aprobadas por sus bancadas oficialistas reformas constitucionales como su anunciado “Plan C” que busca modificar la composición y el método de selección de los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
El resultado de las votaciones de ayer terminaron por confirmar los números que varias casas encuestadoras, contratadas por la campaña de Sheinbaum, que le otorgaban hasta 30 puntos de ventaja desde hace varios meses y que resultó ser la diferencia final con la que ganó la Presidencia.
Y al mismo tiempo, esos números que sumados a los de las gubernaturas, donde Morena estaría ganando 6 de las 9 entidades en disputa, con un escenario aún cerrado en la Ciudad de México, dibujan el rotundo fracaso de una alianza opositora que ni sumando todos sus votos, logró convencer a la mayoría de los mexicanos, a pesar de todos los graves problemas e indicadores negativos que arrastra el gobierno de López Obrador.
No fue suficiente el entusiasmo de Xóchitl Gálvez y su discurso de convocar a un cambio de rumbo, ante la ineficiencia e ineptitud de los 3 partidos que la postularon y que terminaron haciendo un monumental ridículo al haber salido a declararse, aún sin datos que lo sostuvieran, ganadores de la Presidencia y de 6 de las 9 gubernaturas en disputa.
El PAN, de Marko Cortés, el PRI de Alejandro Moreno y el residual del PRD, con Jesús Zambrano, confirmaron que la tragedia de este país y la rotunda y apabullante continuidad que logra Morena, se debe en buena medida a su incapacidad como dirigentes y líderes de partidos que sólo vieron por sus intereses de grupo y no supieron representar la inconformidad ciudadana contra este gobierno.
Anoche, en su primer discurso luego de que el INE la declarara virtual ganadora con base en sus conteos rápidos y con el avance ya irreversible que le daba el PREP, Claudia Sheinbaum celebró su victoria y aseguró que su partido tendrá mayoría calificada en el Congreso.
“De acuerdo con los resultados que ha dado a con conocer el INE; la diferencia para la Presidencia de la República es de más de 30 puntos, y aún considerando el rango más bajo, hemos ganado la mayoría calificada en la Cámara de Diputados y muy probablemente también en la Cámara de Senadores. Quiero agradecer a millones de mexicanas y mexicanos que decidieron votar por nosotros para avanzar en la Cuarta Transformación de la vida pública de este país. Es el reconocimiento del pueblo de México a nuestro proyecto de nación”, dijo la virtual presidenta de México.
Y sobre el 40% de los electores que no votaron por ella, mencionó que “aunque muchos mexicanos no coincidan con nuestro proyecto, habremos de caminar con paz y armonía”, para luego delinear algunas líneas de su próximo gobierno:
“No habrá aumentos a los combustibles y la electricidad, mantendremos la obligada separación entre el poder económico y político. Garantizaremos las libertades de opinión, de prensa, de expresión y concentración. Respetaremos las libertades política, social y religiosa. Respetaremos la libertad empresarial y promoveremos con honestidad la inversión privada, garantizando siempre el respeto al medio ambiente. Garantizaremos todos los programas de bienestar y todos a los que nos comprometimos. Vamos a ampliar acceso a derechos educación, vivienda, cultura. Consolidaremos los proyectos estratégicos, soberanía energética, energías renovables y la investigación científica y tecnológica. Estaremos a la altura de nuestra historia y del gran pueblo de México”, dijo al final de su primer mensaje en el Hotel Hilton Alameda, donde se reunieron sus coordinadores a celebrar el triunfo.
Minutos después, y luego de que la misma Sheinbaum anunciara que había recibido ya las llamadas de felicitación de Xóchitl Gálvez y Jorge Alvárez Máynez, sólo el candidato de MC salió a reconocer su derrota, mientras que la candidata aliancista, que antes del anuncio de la presidenta del INE, Guadalupe Taddei, estuvo subiendo mensajes a su cuenta de la red social X, hablando de que estaban “escondiendo los votos” y pidiéndole a sus seguidores estar despiertos ante un supuesto fraude, hasta la una de la mañana seguía sin salir públicamente a aceptar la derrota.
La primera felicitación que recibió la virtual presidenta fue la de su mentor y jefe político, Andrés Manuel López Obrador. El Presidente, que salió justo a la media noche, después del mensaje de la presidenta del INE, primero dijo que lo hacía para felicitar “al pueblo de México” por su comportamiento pacífico y su madurez para salir a votar, pero al final terminó felicitando a “la doctora Claudia Sheinbaum, que será la primera mujer presidenta con una cifra histórica de votos”. Minutos después, en algo que parecía claramente organizado, Sheinbaum le agradeció la felicitación al Presidente y también los cumplidos al decir que su triunfo era también el reconocimiento al gobierno del tabasqueño.
Así que México tendrá su primera Presidenta. La elección de ayer volvió a ser un “tsunami” para la inepta e incapaz oposición mexicana, y lo que vienen son seis años más de continuidad de la autonombrada “Cuarta Transformación”. Ya no queda ninguna duda de que Claudia Sheinbaum será una presidenta con un amplia legitimidad de sus 35 millones de votos y que tendrá además el poder de impulsar sus propias reformas y las que dejó pendientes López Obrador.
La única incógnita que aún no despeja la primera Presidenta que tendrá el país en 200 años de historia electoral, es si será una presidenta con autonomía plena o si seguirá atada a los designios y las órdenes de su jefe político. Eso lo sabremos a partir del primero de octubre, aunque en la transición de poderes, que esta vez llevará solo cuatro meses, tendremos señales claras de si la nueva presidenta gobernará por sí misma.