La Ciudad de México es un lugar en donde viven millones de personas, con diferentes necesidades.
Es un lugar en donde la oferta es muy extensa, en donde —además— la oferta deportiva también es muy vasta, y no sólo para presenciar, sino también para la actividad física.
El problema es que esa actividad física no está regulada, supervisada y organizada.
Las instalaciones deportivas en esta gran metrópoli son viejas, sucias, abandonadas, reparadas a medias y —sobre todo— son propiedad de la corrupción, sin mencionar los espacios públicos, los cuales muchas veces se convierten en los nidos de la delincuencia.
Es importante que las alcaldías tomen cartas en el asunto y rescaten administrativamente los espacios públicos, canchas de futbol, basquetbol, campos de beisbol, ciclopistas, gimnasios y demás, porque —sin duda alguna— sería en beneficio de la población.
Recordemos que grandes metrópolis, como Nueva York, Los Ángeles, Tokio, Munich y Londres, tienen programas deportivos, pero urbanos, en donde se regulan estas actividades.
Una de las soluciones podría ser administrar los espacios públicos.
Me refiero a la posibilidad de tener profesores, gestores y organizadores, que pongan horarios, rutinas y actividades específicas en favor de la población. Así se podrá tener más control de estas y el usuario no se verá afectado en su actividad y gustos.
Recordemos que el deporte es el vehículo perfecto para evitar muchas cosas, tales como el sedentarismo, drogadicción, delincuencia y —sobre todo— la obesidad.
México se encuentra catalogado como un país “gordo” y esto nos genera la responsabilidad social, para que le entreguemos a la población un buen servicio, en este aspecto.
Se vienen tiempos de cambio. En la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade) se habla del exclavadista Rommel Pacheco como el hombre que ocupará ese lugar, en sustitución de Ana Gabriela Guevara.
En el Comité Olímpico Mexicano se mantiene María José Alcalá, quien tiene su gran prueba este verano, con los Juegos Olímpicos.
Y el otro espacio será la mencionada Ciudad de México, que está en busca de un nuevo “jefe” del deporte, y la mejor opción —sin duda— es el Maestro Geoffrey Recoder, quien además de estar capacitado académicamente, también practicó el deporte, conoce las entrañas y —sin duda— podríamos poner el futuro deportivo de esta metrópoli en sus manos.