Entre los primeros asuntos que deberá resolver el próximo secretario de Comunicaciones, Infraestructura y Transportes (SCIT), Jesús Esteva, está el de definir la viabilidad y funcionalidad del Servicio Postal Mexicano, bautizado en este sexenio como Correos, el cual trae a cuestas una serie de contratos multimillonarios que han beneficiado a un par de empresas de la familia Quintanilla, particularmente asociadas a Manfred Mauricio Quintanilla.
La estructura del otrora Sepomex está prácticamente en el abandono y sus servicios de paquetería y mensajería han sido tercerizados a través de contratos extraños y multimillonarios, como los de “recepción, transportación y entrega de correspondencia, envíos y bienes muebles a través de rutas postales troncales y primarias”, que son responsabilidad desde hace cuatro años de la empresa transportista TUM, y lo serán hasta el 31 de mayo del 2027, a mediados del sexenio de Claudia Sheinbaum, gracias a dos contratos de tercerización que suman más de 2 mil 700 millones de pesos.
El último de esos contratos se entregó el pasado 17 de mayo, a dos semanas de que se celebrara el proceso electoral más grande de la historia de México, mediante una licitación pública en la que los proveedores del servicio para los próximos tres años fueron TUM Transportistas Mexicanos y TUM Logística y Servicios Dedicados, propiedad del empresario Manfred Mauricio Quintanilla Hernández.
Ambas empresas son las beneficiarias de otro contrato plurianual entregado por la oficina de Correos en octubre de 2020 y las dos también fueron las únicas participantes del proceso licitatorio que corrió a cargo de la SCIT, por lo que se detectan presuntas violaciones a la Ley de Adquisiciones, Arrendamientos y Servicios del Sector Público.
Quintanilla Hernández tiene además un importante historial de irregularidades en el sexenio actual. Por ejemplo, es propietario de la firma suministradora eléctrica EVM Energía del Valle de México SAPI de CV, la única que desde el 2016, sin haber participado en Subastas de Largo Plazo, tuvo asegurados contratos de suministros con la CFE, con todo y la llegada de Manuel Bartlett a la dirección de la empresa estatal.
Uno de sus negocios más extraños fue el suministro de energía eléctrica al Sistema de Aguas de la Ciudad de México (Sacmex). La compañía privada cuyo nombre comercial es EVM Energy fue la verdadera proveedora de este organismo del gobierno capitalino de 2020 a 2023, a pesar de que los contratos –cinco en total por más de 400 millones de pesos– se firmaron con la razón social CFE Calificados.
Según las denuncias, los contratos entre Sacmex y CFE se firmaron a manera de triangulación usando una misma acotación en el anexo 4, en el que se especifica que “la Energía Eléctrica Contratada será suministrada desde la central eléctrica ("Central Eléctrica 1") que se encuentra ubicada en el siguiente domicilio: La central ubicada en la Carretera Otumba-Ciudad Sahagún kilómetro 016+050, Lote B, Xala, Axapusco, C.P. 55963, Estado de México”.
En los permisos que otorgó la Comisión Reguladora de Energía a EVM Energy se evidencia que la planta de generación de electricidad señalada en los contratos es la de la familia Quintanilla, aunque convenientemente ni el nombre de la firma privada ni el de Manfred Mauricio aparecen en los textos oficiales.