En Crónica de una muerte anunciada, Gabriel García Márquez nos sumerge en un relato cuyo desenlace se conoce desde el principio, pero el factor que mantiene en vilo a quien lee es justamente el camino hacia ese final. Publicada en 1981, la novela narra la historia de Santiago Nasar, cuya muerte es anticipada por todos, excepto por él mismo.
La trama de esta obra maestra del realismo mágico gira en torno a cómo los personajes, a pesar de tener conocimiento previo del hecho, parecen impotentes o reacios a detenerlo. Así, cada acción (o falta de acción) de quienes viven en el pueblo contribuye a un desenlace que se antoja predestinado, destacando la inercia y la inevitabilidad de los eventos.
La novela tiene gran paralelismo con algo que parecía inevitable, ante la acumulación de circunstancias y presiones alrededor: la decisión de Joe Biden de retirarse oficialmente de la contienda presidencial de Estados Unidos, lo cual dio a conocer este domingo, mediante una carta dirigida al pueblo de su nación.
En ella, expresó que ha sido el mayor honor de su vida servir como presidente y que, a pesar de que su intención era buscar la reelección, cree que lo mejor para su partido y para el país es retirarse y concentrarse en cumplir sus deberes en lo que resta de su mandato. Anunció también que en próximos días dará mayores detalles al respecto.
Que un candidato presidencial abandone la contienda tan tarde es algo sin precedentes en los últimos 50 años. La decisión de Biden, aunque sorpresiva en su ejecución, no lo es tanto en su contexto. Fueron demasiadas las presiones que enfrentó tras lo que muchos calificaron como un pobre desempeño en el debate, así como varios lapsus, que pusieron en duda su estado de salud y su capacidad para enfrentar la campaña y otro posible periodo presidencial. Incluso, el diario The New York Times le pidió retirarse de la disputa.
De igual manera, hasta el pasado viernes, 34 legisladores y cuatro senadores se habían sumado a la petición de que reconsiderara su candidatura, y en las últimas semanas, destacados demócratas, como Barack Obama y Nancy Pelosi, intensificaron la presión con el mismo objetivo.
Asimismo, se debe tomar en cuenta que las encuestas, que iban bastante cerradas, cambiaron significativamente a raíz del reciente atentado contra Donald Trump, quien, tras su recuperación, apareció durante la convención republicana en Milwaukee, donde fue nominado oficialmente como candidato de ese partido a la Presidencia, junto con el senador J. D. Vance, como aspirante a vicepresidente.
¿Qué viene ahora, luego del anuncio del presidente Biden? Se han barajado numerosos nombres de demócratas para reemplazarlo, y la vicepresidenta Kamala Harris es considerada ampliamente como una de las principales candidatas. Incluso, en su carta, Biden expresó también sus agradecimientos a las personas que confiaron en él para la contienda electoral, especialmente a la vicepresidenta, a quien afirmó respaldar, si decidía buscar la candidatura que él deja.
Nombres como los de la y los gobernadores de California, Gavin Newsom; Illinois, J. B. Pritzker; Michigan, Gretchen Whitmer; Colorado, Jared Polis, y Pensilvania, Josh Shapiro, también se mencionan ampliamente, al igual que el del representante por Minnesota Dean Phillips.
Otras opiniones piden que el Partido Demócrata celebre una convención abierta en agosto, para elegir un nuevo candidato o candidata. Ese método de nominación no se ha utilizado desde la década de 1960, e implica la selección de una persona candidata de un partido a través de un proceso en la propia convención, en lugar del enfoque moderno más común de ungir a quien gane la mayoría de los delegados en las primarias. Cabe destacar que la convención demócrata está programada para celebrarse en Chicago del 19 al 22 de agosto.
Vivimos tiempos en los que la presión mediática y los insultos en redes sociales están a la orden del día y, en el caso de Biden, fueron factores fundamentales para tomar la decisión de retirarse de la contienda por la presidencia de EU, lo cual abre un nuevo capítulo en la política de ese país, con implicaciones profundas no solo para el futuro del Partido Demócrata, sino también para la estabilidad política global.
Veremos en los días subsiguientes cómo evoluciona este hecho que captura la atención mundial y que es crucial para países como México, ya que mantenemos una estrecha relación con EU en muchos aspectos. Pareciera que la decisión de Biden, como en Crónica de una muerte anunciada, estaba escrita en las paredes del tiempo, y ahora solo queda ver cómo se desarrollará el futuro en este complejo y cambiante escenario político.