La fiscal contra el convicto". El letrero impreso en una camiseta a la venta en las calles de Chicago resume así la actual campaña presidencial estadounidense. Ese letrero es más o menos general, pero es una forma de presentar a la vicepresidenta Kamala Harris, que a pesar de sus casi cuatro años como segunda al mando en el gobierno de Joe Biden, es considerada aún como una desconocida para el público en general.
Y de acuerdo con expertos, debe apresurarse a forjar su imagen antes de que su rival republicano, Donald Trump, y sus aliados, la definan.
En ese sentido, la Convención Nacional Demócrata que comenzó la tarde de ayer en Chicago es una gran oportunidad. Tradicionalmente, es el momento en que los candidatos de los principales partidos se presentan a la nación, luego de arduas campañas primarias dirigidas sobre todo a militantes y simpatizantes.
En el caso de Harris, permitirá aclarar hasta qué punto continuará con las políticas de Biden, especialmente la económica que los demócratas consideran exitosa, pero tiene una imagen atribulada por la inflación.
"Muchos votantes todavía están aprendiendo sobre Harris, lo que crea una prueba crucial para el partido esta semana. Un tercio dice que aún no sabe qué representa. La mayoría de los votantes piensa que sus opiniones son similares –pero no del todo iguales– a las de Joe Biden. Y se la considera algo –pero no del todo– relacionada con la economía de Biden", indicó un análisis de la cadena CBS.
De hecho, no son pocos quienes piensan que Harris tiene que continuar, al menos en parte, con el legado de Biden, pero la interrogante es hasta dónde, en qué grado, y qué propondrá en nombre propio.
A cambio, resulta obvio que ella es la fiscal del letrero en la camiseta, y el convicto es Trump, que está en el centro de una serie de problemas judiciales y ha participado en más de cuatro mil juicios en su vida como empresario.
Pero aún así, sigue siendo una desconocida. "Famosa, pero desconocida", comentó The New York Times. Por lo pronto, las encuestas consignan un vigoroso reimpulso de los demócratas y que Harris rebasa a Trump incluso en varios de los estados en que se cree se definirá la elección.
Pero aun debe presentar sus propuestas de gobierno, y a dos meses de la votación hay curiosidad respecto a la posibilidad de que los demócratas mantengan la sensación de optimismo que ahora los representa.
Paralelamente, parte del problema republicano, de creer a la prensa política estadounidense, es que el propio Trump no parece resignarse al cambio de adversario, tiene al que manejó una mejor economía e insiste en sus reclamos sobre el supuesto fraude electoral de 2020. Según The Washington Post, además, prepara el terreno para desconocer los resultados de la elección. Lo que quiere decir que Harris deberá ganar convincentemente tanto el Colegio Electoral como el voto popular.