6 de Octubre de 2024

11c

 

Hoy es un día histórico para nuestro país, por primera vez una mujer protestará al cargo de presidente de México.

Con el inicio del gobierno de Sheinbaum se renueva la esperanza en muchos sectores que con la nueva administración habrá un viraje en la política de seguridad y por ende finalmente se podrán apreciar disminuciones de delitos y violencia.

En días pasados se publicaron diversos artículos periodísticos y entrevistas a expertos para tratar de explicar qué acciones deberá emprender la presidenta para recuperar la paz.

Pese a los entusiasmos por el cambio de liderazgo en la presidencia, a muchos nos queda claro que aun cuando el gobierno federal cambia, la realidad no se modifica por sí misma.

Hoy la administración arranca con los mismos problemas que aquejaban al país hasta ayer; operará con casi los mismos servidores públicos que han trabajado en gobiernos pasados; los recursos económicos seguirán siendo los mismos -o incluso menos- respecto a los que dispuso el gobierno de López; las deficiencias institucionales se mantendrán y la fortaleza de los grupos delincuenciales seguirá intacta.

Aún con el cambio de presidente y con lo histórico que representa que sea una mujer el Ejecutivo Federal, la realidad de violencia, corrupción, impunidad y deterioro institucional se mantiene.

Si bien la presidenta ha insistido en que su política de seguridad será la calca de la del sexenio de López, sí hay algo que la distingue de su antecesor y es precisamente la disponibilidad para cooperar con la sociedad civil y los gobiernos extranjeros.

En su administración como jefa de Gobierno capitalina, tanto la fiscalía general de Justicia (FGJ) como la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), mostraron disposición y apertura a cooperar con ciudadanos, academia y expertos tanto nacionales como internacionales.

En el Observatorio Nacional Ciudadano, mantuvimos programas dirigidos a la reducción de homicidios, el fortalecimiento de la transparencia y el combate a la corrupción en la FGJ; apoyamos el desarrollo de programas y capacitación para los policías de la SSC y siempre encontramos disposición para dialogar.

De la misma manera, las instituciones de seguridad y de justicia de Ciudad de México sostuvieron proyectos de fortalecimiento mediante la cooperación internacional.

Esperemos que dicha disposición se mantenga ahora que es la titular del Ejecutivo federal, ello significaría una esperanza que México deje de ser el país de los otros datos y el autoritarismo, para retomar la vía de la transparencia, la rendición de cuentas, los contrapesos y los resultados que los últimos seis años nunca vimos.