21 de Noviembre de 2024

MARCIANO.DOVALINA

 

A lo largo de los siglos, México ha sido testigo de numerosos avistamientos ovni que han capturado la atención de curiosos y escépticos por igual. Sin embargo, lo que muchas veces pasa desapercibido es la posibilidad de que estas misteriosas apariciones no sean un fenómeno moderno, sino que hayan sido presenciadas y documentadas por las antiguas civilizaciones prehispánicas. Si bien el interés popular suele centrarse en encuentros contemporáneos, existe un terreno fértil para explorar las conexiones entre los mitos, símbolos y relatos indígenas antiguos y la posible existencia de seres de otros mundos.

Los antiguos dioses del cielo: ¿seres extraterrestres?

Diversas culturas prehispánicas, como los mayas, toltecas y aztecas, dejaron legados que continúan asombrando a arqueólogos e historiadores por su avanzado conocimiento astronómico. Los mayas, por ejemplo, construyeron observatorios y desarrollaron calendarios extremadamente precisos, lo que sugiere una obsesión con los astros. ¿Pero qué motivaba este interés? Algunos teóricos sugieren que podría haber más que solo fascinación por el cielo; quizás los antiguos habitantes de Mesoamérica estaban registrando encuentros con seres de otros planetas, a quienes confundieron con dioses.

En el Popol Vuh, el libro sagrado de los mayas, se mencionan seres que descendieron del cielo para crear a la humanidad. Aunque esto ha sido interpretado de forma simbólica o mitológica, también podría considerarse una posible referencia a visitantes extraterrestres. ¿Es posible que estas descripciones no hablen de deidades en el sentido tradicional, sino de seres avanzados que llegaron desde más allá de nuestro planeta?

Los enigmáticos códices y esculturas

Los códices prehispánicos, aquellos manuscritos pictográficos en los que se plasmaron relatos históricos y míticos, también presentan elementos intrigantes. En algunos de ellos, se pueden observar figuras antropomorfas con trajes extraños y objetos voladores que, a simple vista, parecen inusuales para la tecnología de la época. El *Códice Borgia*, por ejemplo, muestra seres con trajes que algunos han comparado con escafandras espaciales, lo que ha dado pie a especulaciones sobre su verdadero origen.

Las estatuas y relieves en sitios arqueológicos como Palenque o Monte Albán también alimentan esta especulación. La famosa *"tapa de la tumba de Pacal"*, en Palenque, ha sido objeto de teorías desde la década de 1960, cuando el escritor suizo Erich von Däniken sugirió que la imagen de Pacal representaba a un astronauta en una nave espacial. Aunque esta interpretación ha sido ampliamente debatida y rechazada por los arqueólogos tradicionales, el debate sobre el simbolismo de las figuras sigue vigente.

Las pirámides como portales al cosmos

Otro aspecto fascinante que une las civilizaciones prehispánicas con la posible existencia de seres extraterrestres es el diseño de sus pirámides y templos. Las grandes pirámides de Teotihuacán, Chichén Itzá y Tula no solo servían como centros religiosos, sino que también estaban alineadas con las estrellas y fenómenos astronómicos. Estas estructuras han sido comparadas con otras antiguas construcciones alrededor del mundo, como las pirámides de Egipto, lo que ha llevado a teorías sobre una conexión global entre culturas separadas por miles de kilómetros.

Algunos defensores de la hipótesis de los "antiguos astronautas" proponen que las pirámides y templos en realidad fueron diseñados como puntos de contacto o comunicación con visitantes del espacio exterior. Esta teoría sugiere que las civilizaciones prehispánicas no solo intentaban acercarse a sus dioses, sino que estaban recibiendo y descifrando mensajes de seres superiores que los guiaban desde el cielo. ¿Es posible que estos monumentos sean más que simples construcciones ceremoniales y sirvieran como puntos de acceso a tecnologías avanzadas que aún desconocemos?

Mitos ancestrales, luces en el cielo

Además de los registros materiales, los relatos orales también podrían contener referencias a fenómenos ovni. Algunas leyendas indígenas hablan de seres celestiales que descendieron en objetos luminosos, descritos como "carros de fuego" o "serpientes emplumadas". Quetzalcóatl, la célebre Serpiente Emplumada de la mitología azteca, fue descrito como un dios que llegó del cielo y prometió regresar. ¿Podría este dios, que trajo sabiduría y conocimiento a la Tierra, ser interpretado como un visitante extraterrestre?

En la Sierra de Puebla, entre los pueblos indígenas totonacas, persisten relatos de luces extrañas que atraviesan los cielos y aterrizan en las montañas, lugares considerados sagrados. Aunque estos testimonios son recientes, algunos habitantes los asocian con leyendas ancestrales sobre espíritus del cielo que protegían a sus ancestros. Este tipo de creencias nos hace preguntarnos si las civilizaciones antiguas ya habían sido testigos de estos fenómenos y, en su intento de entenderlos, los integraron en sus religiones y cosmovisiones.

Un nuevo enfoque para la arqueología y la ufología

El estudio del fenómeno ovni en México no debe limitarse a los avistamientos recientes o los casos más conocidos, sino que también debe mirar hacia el pasado para entender cómo las antiguas culturas prehispánicas interactuaban con lo que, para ellas, también eran objetos voladores no identificados. Si bien muchos arqueólogos tradicionales pueden rechazar la idea de que estas civilizaciones tuvieron contacto con seres de otros planetas, el creciente interés por las teorías alternativas nos invita a cuestionar nuestras suposiciones y explorar nuevas formas de interpretar el legado de los pueblos antiguos.

Al final, queda la duda: ¿fueron los antiguos habitantes de México simples observadores de los cielos, o testigos de fenómenos que aún no comprendemos completamente? La respuesta podría estar oculta en sus mitos, sus monumentos y sus misteriosos relatos sobre los dioses que llegaron desde las estrellas.