21 de Noviembre de 2024

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Dentro de dos semanas, Estados Unidos elegirá a su próximo presidente. También estarán en juego el Senado y la Cámara de Representantes.

¿Quién ganará?

¿Qué dicen las encuestas?

Para el partido demócrata, el mejor escenario en este momento sugiere un triunfo apretado de Kamala Harris y la posibilidad de retomar, también por un margen estrecho, el control de la cámara baja. Será muy difícil que los demócratas mantengan la mayoría en el Senado.

Para los republicanos, el escenario más favorable supondría un cambio de rumbo radical para Estados Unidos. Donald Trump está en buena posición para ganar la presidencia de nuevo. Los republicanos probablemente retomarán el mando del Senado y, con suerte, podrían evitar la derrota en la cámara de representantes. De ser así, tendrían la trifecta en el poder ejecutivo y legislativo, además del control de la suprema corte del país.

En otras palabras, es enteramente posible que el partido republicano de Donald Trump se haga de carro completo.

En este momento, la contienda presencial está dentro del margen de error. Ningún sondeo le da a Harris o Trump una ventaja clara en los siete estados fundamentales que decidirán el resultado dentro de dos semanas. Pero la dinámica de la contienda favorece a Trump.

Después de un principio prometedor, la campaña de Harris parece haber dejado de crecer. Harris ha hecho todo lo que ha podido, incluido presentarse en una entrevista complicada en Fox News, organización afín a su rival. Pero lo cierto es que la vicepresidenta de Estados Unidos enfrenta un escenario complicado.

Este fin de semana, el analista Nate Silver explicaba en su boletín que Harris tiene que contender con las secuelas de la inflación (que ha disminuido, pero sigue irritando) y el descontento con la situación económica, descontento injustificado de acuerdo con la realidad estadística de la economía estadounidense, pero al parecer no con la percepción de los votantes. También tiene que lidiar con una agenda migratoria que no le favorece, con la impopularidad de Joe Biden y una lista considerable de factores en contra.

A eso hay que sumar una variable oculta y dolorosa… pero indudable: el peso del racismo y la misoginia en la decisión final de los votantes.

Históricamente, las mujeres y la gente de color que han buscado cargos de elección popular en Estados Unidos han enfrentado hándicaps reales. Es más difícil ganar una elección siendo mujer o persona de color. Harris es ambas. Su candidatura les pide a votantes de toda índole que superen dos prejuicios al mismo tiempo. No está claro que el país esté a la altura del parteaguas.