Este martes, en la conferencia de la presidenta se presentó un informe sobre lo ocurrido el fin de semana en el bar “Los Cantaritos”, ubicado en el centro de Querétaro, donde un comando armado llegó para acabar con la vida de 10 personas.
Además del móvil del ataque, es probable que se presenten reportes de inteligencia elaborados hace un par de años por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) en los que se expone que el estado es considerado “un área de confort y refugio para integrantes del crimen organizado”.
Según el informe denominado “Estudio de las actividades de la Delincuencia Organizada en el Estado de Querétaro”, incluido en los correos filtrados por los GuacamayaLeaks, la recién nombrada Defensa confirmó la presencia en esa entidad del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y del Cártel de Santa Rosa de Lima (CSRL), los cuales se disputan el control del narcomenudeo. En el reporte se estableció el aseguramiento de cuatro laboratorios clandestinos para la producción de droga sintética.
Los militares generaron también un reporte titulado “Actividad delictiva para Querétaro”, en el que se identificaron a los líderes locales de los carteles criminales, nacionales y locales. Algunos de ellos habían migrado desde estados como Guanajuato; otros más, integrantes de un grupo delictivo estatal al que se identifica como “Los Hades”.
A pesar de ser una organización local, “Los Hades” fue catalogado por el entonces Sedena como un grupo muy violento, al que responsabilizó de perpetrar 15 agresiones a fuerzas federales para tratar de intimidar a las autoridades y así poder controlar las rutas del huachicol que cruzan por Querétaro. Esta es la actividad a la que supuestamente se dedicaba el sujeto que habría sido el principal objetivo del ataque al bar “Los Cantaritos”.
La Sedena expuso en dicho informe un descubrimiento que podría explicar la razón por la cual el presunto delincuente conocido como “La Flaca” había bajado la guardia y se dejaba ver abiertamente en varios establecimientos de la capital queretana, que gobierna desde octubre pasado el panista Felipe Fernando Macías.
Según se identificó desde entonces, Querétaro “representa un área de confort y refugio para integrantes de las diversas estructuras delictivas a nivel nacional”, por lo que suelen invertir en inmuebles y en el sector empresarial con el fin de lavar dinero, pero adoptando “un bajo perfil” con la finalidad de no llamar la atención de las autoridades locales y federales.
El reporte de inteligencia militar afirmaba también que el narcomenudeo, tráfico de drogas y operaciones de lavado de dinero eran desde entonces las actividades delictivas de mayor relevancia en el estado, así como el trasiego de drogas sintéticas provenientes de los estados de Michoacán y Sinaloa.
Las fuerzas armadas detectaron desde entonces la importancia de las carreteras que atraviesan la entidad, así como la del Aeropuerto Internacional de Querétaro para el trasiego de drogas para llevar cargamentos hacia Estados Unidos.
Querétaro venía siendo noticia por la atracción de inversiones y el crecimiento de sus industrias, especialmente del sector de tecnología, con anuncios multimillonarios de Google, Microsoft y Amazon. Ojalá que la colaboración con las Fuerzas Armadas y con el titular de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, Omar García Harfuch, rindan frutos y, como dijo el gobernador Mauricio Kuri, no se termine de contaminar con la violencia de muchos otros estados.