Dejan a un lado controversias y manifiestan la admisión a actividades religiosas basadas en la doctrina establecida
LIZ MARTÍNEZ
Tuxpan
Hay admisión a las personas homosexuales en la Iglesia Católica, porque no se practica la discriminación y son admitidos en las misas o en actividades religiosas, así ha sido en todo momento, reafirmó el vocero de la Diócesis de Tuxpan, Humberto Arce Santiago.
Derivado del Sínodo de los Obispos, específico el representante de la Iglesia, que en el catolicismo se tendrá en todo momento “tolerancia”, o sea respeto a las personas que tengan otro parecer, comportamiento o pensar. Lo que sí mantendrá la Iglesia será sobre el matrimonio, a lo que llaman disciplina, sin dejar de lado el respeto a cada quien.
A todos se les da atención espiritual, “en lo personal atiendo a todo mundo, que venga y quiera tener esta parte espiritual” aclaró Arce Santiago, porque explicó que siempre hay gente que tiene diferencias al resto y tienen acercamiento con actividades que son propias de la religión, particularmente del catolicismo, pero con los lineamientos establecidos.
Se destaca que en un documento del Vaticano se especificó que los homosexuales tenían "dones y atributos para ofrecer" y preguntó si el Catolicismo podría aceptar a los gays y reconocer sus aspectos positivos.
El documento, preparado después de una semana de discusiones en una asamblea de 200 obispos sobre la familia, dijo que la Iglesia debería desafiarse a sí misma para encontrar “un espacio fraternal” para los homosexuales sin comprometer la doctrina católica sobre la familia y matrimonio.
Sin embargo, de momento se generó controversia, debido a que los grupos conservadores criticaron duramente el documento preliminar y propusieron amplias revisiones para restaurar la doctrina de la Iglesia, que considera a la homosexualidad "intrínsecamente equivocada", pero que establece que se debe respetar a los gays, y que sólo puede considerarse matrimonio a la unión de un hombre y una mujer.
Es así que referente al Sínodo recién ocurrido se habla de dar atención incluyente para evitar manifestar un rechazo o racismo indebido a la gente que tiene interés por estar cercana a la profesión de la fe.