El trabajo no termina y, pese a que quisiera poder recibir más domésticos sin hogar, Ramírez Chípuli recordó que no le es posible tener más en su casa, que ha acondicionado, debido a que nadie más que ella y su familia se hacen cargo de los gastos para mantenerlos, no sólo con el alimento.
Los gastos aumentan cuando se requiere de desparasitantes, vacunas, esterilizaciones, tratamiento antipulgas y cuando se llega a enfermar alguno, o si se requiere llevarlos al veterinario con severos cuadros de desnutrición, que especialmente sucede cuando son vueltos a tirar y maltratar por aquellos que aparentemente se habían comprometido a darles un hogar.