Añadió que en playa Villamar ya no existe saqueo de nidos, “porque la gente está más sensibilizada, más estudiada, y el turismo es respetuoso”, aunque el problema subsiste en la parte Norte, donde las arribazones son más pequeñas y no hay personal para dar cobertura al área en materia de vigilancia, así como para llevar las nidadas a corral y aguardar hasta que los huevos eclosionen.
Sobre la tortuga Blanca explicó que sólo ubican las nidadas y colocan una placa, para que la gente las respete; cuando hay recurso, también las cubren con mallas metálicas, para evitar la depredación de fauna silvestre como mapaches y coyotes o perros, que escarban sobre todo los primeros días después de la puesta y los últimos tres días antes de que nazcan las tortuguitas, porque es cuando el nido emite un olor característico.
