El procedimiento consiste en cerrar el paso de agua al tinaco o cisterna, procurando que se vacíen; apagar el switch o interruptor si hay una bomba para elevar el agua al depósito; clausurar la salida del agua tapando el orificio respectivo, evitando que cualquier residuo circule hacia la red y obstruya la tubería; quitar el flotador y la varilla, y extraer por la parte superior el agua que quedó en el depósito, hasta dejar sólo unos 10 centímetros de líquido.
A continuación, cepillar el interior (paredes y piso), con especial cuidado en las uniones, sin utilizar detergente en ningún momento; enjuagar con agua limpia, recoger el agua sucia utilizando el recogedor, escoba, jerga y cubeta; extraer el agua del enjuague con jerga y cubeta aseadas y, finalmente, limpiar perfectamente toda la superficie con un trapo, restando únicamente desinfectar el depósito con una solución de cloro y proceder a llenarlo.
