Lo anterior motiva que compañías extranjeras que llegan a establecerse en la ciudad, se vean en la necesidad de traer personal foráneo, porque la mano de obra de alta especialidad no está disponible en el entorno local, según la CANACO, que ha intentado paliar esta problemática, en conjunción con el Servicio Nacional de Empleo, mediante un sistema de becas.
Dicha estrategia consiste en que le dan a la gente una beca, para que ésta trabaje con las empresas a prueba, y el Gobierno le paga durante un cierto período; si al empresario le gusta cómo trabajó la persona, entonces hace una contratación formal. El problema con estos programas, según los empresarios, es que primero inscriben a los empleados y éstos no continúan el proceso; simplemente, un buen día ya no se presentan a trabajar.
Por esa misma razón, según la CANACO, los salarios no son buenos; en primer lugar porque no existe un grado de especialización adecuado, y en segunda instancia porque a los empleados les falta constancia para permanecer en su empleo, “hacer carrera” y prestigio, crear antigüedad y, finalmente, aspirar a una pensión justa en el futuro, con base en su experiencia laboral.
