Añadió que existen diferentes problemas del lenguaje; por una parte, los que presentan niños con problemáticas severas, que denominan prioritarios, como pequeños con discapacidad auditiva o intelectual, autistas o con síndrome de Down, y la otra parte de la población que atiende CAPEP son los denominados vulnerables, con problemas no severos, que no afectan en su aprendizaje, pero sí en su forma de hablar, “más que nada porque se sienten inseguros y tímidos al no poder pronunciar bien las palabras”.
Indicó que en el taller se trabajaron dos aspectos: la expresión, para que sepan articular correctamente las palabras, y la comprensión, para que entiendan lo que se les dice y lo que tienen que hacer. Por último aclaró que hay niños con problemas de aprendizaje y conducta derivados de situaciones difíciles que viven en sus casas, como una dinámica familiar alterada, la separación de los padres o el maltrato a que se les pueda estar sometiendo.
