A raíz de ello, afirmó, no se siente seguro porque en la zona se ha estado observando movimiento constante de personas sospechosas: “Presentimos que estamos en la mira porque vemos pasar gente de mal aspecto, que nada más andan viendo; desde las seis de la mañana por ahí andan, a veces se paran en una esquina, a veces en la otra, y ahí están, checando el movimiento, como estudiando la situación en los negocios de esta zona”.
Pidió que se refuerce la seguridad, porque los robos se han disparado últimamente. Relató el caso de un hombre de la tercera edad que guardaba en casa todos sus ahorritos, al desconfiar de los bancos, y en una ocasión en que salió, entraron los rateros y hurgaron hasta encontrar el dinero. En lugar de ir a denunciar, a sabiendas de que no habría resultados, pagó unos investigadores privados que lograron dar con los ladrones y consiguió quitarles el dinero, del cual ya se habían gastado una parte, pero el resto logró salvarlo, finalizó.
