Aparte del daño que se provoca al ecosistema, añadió, dichas prácticas constituyen un riesgo para la salud de las personas, por lo cual la recomendación es denunciar a quienes se detecte que envenenan los cuerpos de agua con pesticidas, ya sea en la Dirección de Ecología o en la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente, porque es un atentado contra la gente, igual que contra el entorno natural.