Refieren que en ocasiones, aunque sea con una ganancia del cinco por ciento sacan el producto, ofertando el pan frío que queda del día en bolsas de cinco piezas por 10 pesos, pues cuando hace calor la gente casi no compra pan, bajando las ventas en esta temporada como en un 40 por ciento; ello, aparte de que, de por sí, aseguraron, el movimiento comercial anda muy escaso en todos los giros, porque la gente no tiene dinero.
Docenas de empleados se afanan por conservar sus puestos de trabajo en las panaderías, elaborando pan tostado, rosquitas, charros, canillas, arepas, mostachones y otras piezas que duran más días que el pan “normal”, como las conchitas, cuernitos, etcétera, sosteniéndose esta clase de negocios sobre todo gracias a la venta de pasteles, ya que no pueden faltar en los festejos.
