“Lo hacen de manera consciente, saben que lo que están haciendo está mal, pero como no ha habido una persona que les diga: ‘Alto, esto no es así’, ellos siguen actuando mal”, indicó, aclarando que no tener a una persona que esté pendiente de ellos y los guíe, los va llenando de frustración y de envidia hacia otros, y eso los impulsa a cometer actos crueles, comenzando con los animales, y ya en la adolescencia se meten en bandas o pandillas, siendo más propensos como adultos a entrar al crimen organizado.
La conducta agresiva en los niños se ha incrementado en los últimos tiempos por la falta de comunicación y confianza con sus padres, y además porque la televisión y los videojuegos les envían constantes mensajes de violencia que los impulsan a actuar de ese modo, y si en casa no hay normas ni quien los guíe y les ponga un alto, se van a conducir simplemente repitiendo lo que ven, sin más, y se les va a hacer “normal” actuar violentamente, concluyó.