-Salarios bajos, machismo, exceso de trabajo y poco reconocimiento a la labor que realiza el género femenino, siguen siendo las constantes en este sector
Por Liz Martínez
Con la misma esperanza de salir adelante y poder llevar a su hogar el pan de cada día o poder sostener la casa, tuxpeñas trabajadoras manifestaron en general su opinión sobre el Día Internacional de la Mujer, donde coinciden en que la fecha no se celebra de otra forma “más que trabajando” y sin que para ellas sea un día especial o diferente.
“Mi nombre es María Vázquez Ramos, me dedico a la venta de frutas, soy vendedora ambulante desde el 93, más de 20 años ya… el Día Internacional de la Mujer no nomás debe ser un día, porque la mujer…tenemos un horario de trabajo muy intenso ¿no?, es la primera que se levanta y la última que se acuesta, y es mamá, es enfermera, es psicóloga y pues a la mujer hay que valorarla, no nomás un día, ni el 10 de mayo solamente”, dijo sobre esta fecha la señora.
En su opinión, la señora Laura manifestó que se trata de un día cualquiera, normal, no lo festeja y no considera que sea algo que se deba festejar, porque el sexo femenino ya avanzó en las oportunidades de trabajo, pero “igual les pagan poco, no valoran el trabajo de uno, sobre todo en la casa, en el hogar estamos mal pagadas”.
Un grupo de taqueras expresó que su labor es valorada por los alumnos y padres de familia que a diario les consumen, pero en su punto de vista, Linda Jazmín dijo que el Día de la Mujer se trata de que no se les maltrate este día, que sean valoradas y que tanto hombres como mujeres deben ser iguales, sobre todo las que pertenecen al mismo sexo, porque hay señoras que tampoco dan un trato equitativo a otras mujeres.
Sandra Inocencio dijo que el día debe estar dedicado a “quienes nos esforzamos, a quienes no tenemos un apoyo económico, esta es la forma de reconocerlo; tenemos el esfuerzo, la dedicación y el compromiso para salir adelante, ¡felicidades!”, puntualizó, al manifestar lo que significa para ella este festejo.
El machismo es otra situación más a la que se siguen enfrentando, afirman las declarantes, quienes aseguran que muchas veces es provocado por ellas mismas, ya que al educar a sus hijos, les permiten seguir patrones de conducta en los que los hombres se sienten superiores a las mujeres, mientras que a las hijas las educan para ser serviciales con los hombres y fomentan un desempeño equitativo, aunado a las situaciones de violencia a las que les dejan someterse, sin dejarles en claro que no deben permitir ni un golpe ni un menosprecio.
