DE LA REDACCIÓN
Devengando un sueldo emanado de las arcas municipales, que está por demás al duplicar funciones en el Gobierno porteño, Juan Manuel Salas Ferrer, Director de Servicios Públicos Municipales, sueña con ser el próximo alcalde tuxpeño, sin tener ningún mérito partidista. El ambicioso funcionario municipal aprovecha su trabajo como servidor público para promocionarse muy anticipadamente, al hacer saber cada vez que puede, sus intenciones de dirigir los destinos de la Administración tuxpeña.
Su incapacidad como servidor público ha quedado demostrada en los pobres resultados de la encomienda que le fue otorgada, manteniendo engañada a la Administración local, al considerar que en materia de servicios, a Tuxpan no le hace falta casi nada.
En el inicio de la presente Administración, criticó el sistema de alumbrado público, al asegurar que éste se encontraba colapsado; sin embargo, a dos años en el cargo, poco ha contribuido en el avance de electrificación en sitios donde se requiere este servicio.
En materia del rescate de espacio públicos, si bien se han logrado avances incipientes en la materia, la gran mayoría de las unidades habitacionales y zonas de alta población han perdurado en el olvido, debido a que dicho funcionario municipal ha “enfocado sus baterías” en sus planes personales.
Salas Ferrer se aferra a la idea de que al tener a su cargo áreas básicas del Gobierno Local, precisamente como Alumbrado, Limpia Pública, Parques y Jardines, así como espacios públicos que trabajan perfectamente sin él al contar con directores en dichas áreas, podrá ser capaz de dirigir la Comuna porteña.
Sin contar con méritos partidistas que lo abanderen, pretende que su “designación” provenga de manera directa para gobernar Tuxpan, amparado en su amistad con familias de la elite social tuxpeña, en donde se ha movido gran parte de su vida, lo que le impide estar consciente de las necesidades elementales de la población tuxpeña.
