Agencias
Esto
Era la gran apuesta de Monterrey para trascender. Un campeón del mundo, ganador de Champions League y una leyenda del Real Madrid. La llegada de Sergio Ramos prometió jerarquía, presencia y liderazgo, pero el defensa estuvo ausente en los partidos más cruciales de Rayados. El factor Ramos nunca se hizo presente, con apenas el 56% de participación desde que fue registrado para jugar oficialmente.
El español fue presentado el 9 de febrero pasado, fue registrado una semana después y hasta el 22 de febrero jugó por primera vez en México. Desde entonces, La Pandilla disputó 16 partidos y Ramos sólo pudo estar en nueve de ellos, con menos de 800 minutos en el campo y cuatro goles.
El resto fueron ausencias por distintas razones. La más llamativa fue por su última lesión muscular que lo alejó de los cuatro partidos de la fase final del torneo de su equipo. Es decir, el zaguero no estuvo en los dos duelos de Play In (Pachuca y Pumas) ni en los cuartos de final ante Toluca, ni en la ida, tampoco en la vuelta.
La tarjeta roja que recibió en la Liga MX
Otra ausencia fue por expulsión. Ramos recibió tarjeta roja en la jornada 12 ante Pumas en el estadio Olímpico Universitario que lo frustraron de jugar la fecha siguiente ante Tijuana en el Gigante de Acero. Mientras que ante Mazatlán no fue requerido por decisión técnica y no viajó a la Perla del Pacífico, lo mismo que en los octavos de final de ida ante el Vancouver Whitecaps en Canadá.
Al final, Rayados terminó sin ninguna trascendencia, previo a su participación en el Mundial de Clubes 2025. Monterrey quedó fuera de Liga y Concachampions antes de lo que tenían previsto. Y sobre todo, sin su figura en defensa disponible.
La presencia de Sergio Ramos, lejos de levantar al grupo, terminó convertida en un lujo escaso que no pesó. La Pandilla apostó fuerte, pero terminó sin títulos, sin gloria, sin el liderazgo esperado y hasta sin técnico tras la destitución de Demichelis.