AMLO y la política de “no bolsear” a la gente
MARIO MALDONADO
El presidente Andrés Manuel López Obrador volvió a desautorizar a una integrante de su gabinete: a la secretaria de Economía, Tatiana Clouthier, como lo ha dicho en ocasiones anteriores– y publicar, en el Diario Oficial de la Federación, la NOM 236 para verificación físico-mecánica de los autos.
En los últimos 10 años, la prioridad de la industria automotriz ha sido desarrollar productos cada vez más amigables con el medio ambiente y con dispositivos mecánicos y tecnológicos que garanticen la seguridad de los ocupantes ante un posible siniestro.
El tema ha sido impulsado también por los gobiernos de casi todos los países, quienes exigen a las armadoras, mediante marcos jurídicos y normativos, productos de última generación para su población, siempre bajo la premisa de que sus ciudadanos son de primera, por lo que deben tener acceso a vehículos de la misma categoría.
Sin embargo, en México las cosas se mueven de manera diferente. Ayer, el Presidente puso en duda la aplicación de la Norma Oficial Mexicana NOM-236-SE-2021, que entraría en vigor en noviembre, con el objetivo de garantizar el buen estado físico-mecánico de los vehículos particulares con más de cuatro años de antigüedad, es decir aquellos que representan un riesgo para la vida e integridad de automovilistas y transeúntes, por operar con fallas no visibles a simple vista.
Las cifras estadísticas aquí no son las más precisas ni las más actualizadas, pero basta con echar un vistazo al último Anuario Estadístico de Colisiones en Carreteras Federales de la SICT, la edición 2020, para percatarse de que el gobierno debe tomar acciones para proteger a su población de los accidentes fatales, sobre todo si la infraestructura carretera es un rubro que todavía deja mucho que desear.
De enero a diciembre del año pasado se reportaron 11 mil 449 accidentes que dejaron un saldo de 2 mil 722 fallecidos y 6 mil 706 lesionados, lo que significa que por lo menos en una de cada cuatro colisiones o percances hay una víctima fatal.
Los esfuerzos para revertir estas tendencias han sido comunes en gobiernos anteriores. En el sexenio de Enrique Peña Nieto se comenzó la aplicación de una modificada NOM-194-SCFI-2015, relacionada con los dispositivos esenciales de seguridad en los vehículos nuevos, que terminó con el reinado y la presencia en el país del famoso Nissan Tsuru, considerado en sus últimos años como un vehículo de alto riesgo para sus conductores. En este caso, la seguridad afectó el precio de la oferta automotriz, como impactaría también económicamente una revisión que rechaza el presidente en turno con costos calculados en 900 pesos bianuales.
Así, la NOM que fue diseñada y aprobada desde la Secretaría de Economía, pero que era aparentemente desconocida por el Presidente, no va a ser una realidad, o por lo menos no como se publicó en el DOF.
“Lo vamos a revisar. No tenía conocimiento. Hay decisiones que toman las Secretarías y no se consultan, ahora estamos procurando que todo lo que perjudique la economía popular se consulte. Antes era un desorden el gobierno, porque cada Secretaría hacía lo que pensaba era su función o responsabilidad. Ahora no, sobre todo en lo que perjudica a la gente”, dijo AMLO.
Y luego soltó la desafortunada frase: “No vamos a estar bolseando a la gente”, que pareció más bien un regaño hacia una funcionaria, Tatiana Clouthier, que fue tocada supuestamente por la tecnocracia y que no cuenta con la sensibilidad social a la que tanto alude este gobierno. Mala señal.