25 de Noviembre de 2024

Tráfico de drogas: responsabilidad binacional

PAOLA ROJAS

El informe entregado a los legisladores estadounidenses es demoledor. Se trata de 33 páginas en las que se analiza la situación de los cárteles mexicanos y su impacto para la Unión Americana. Establece que nuestro país representa la mayor amenaza criminal por la expansión y fuerza de las organizaciones dedicadas al tráfico de drogas como cocaína, heroína, metanfetaminas, mariguana y opioides sintéticos.

Este contrabando ha detonado un problema de salud pública muy grave para su población. De acuerdo al Centro de Prevención y Control de Enfermedades, en 2021 hubo más de 106,000 muertes por sobredosis. Casi el 70 por ciento de los casos se debió al uso de fentanilo.

Pero esa no es la única preocupación que se plantea a los congresistas. El aumento de la violencia de este lado de la frontera es también un asunto con efectos preocupantes para ellos. Hay cada vez más gente que emigra a Estados Unidos para huir de la inseguridad que azota a varias regiones de México. Las ciudades fronterizas se han vuelto más peligrosas y empiezan a ser una amenaza regional.

Por otro lado, el reporte recuerda que los altos niveles de corrupción e inseguridad en México dañan las relaciones comerciales entre ambos países. Las amenazas, extorsiones y bloqueos han afectado a empresas con inversión norteamericana. Algunas asumen costos extraordinarios de operación producto de la violencia. Otras simplemente se van, lo que les genera pérdidas importantes.

Durante el confinamiento por el Covid la demanda de drogas creció aún más, y el mercado no tuvo dificultades para extender su oferta. Mientras muchas industrias padecieron la contracción económica, los distribuidores de drogas lograron un mayor crecimiento.

El informe explica que se han fortalecido no solo por el aumento de la demanda. Han crecido, sobre todo, porque no se les combate. Agrega que la propuesta del presidente López Obrador para solucionar el problema es atacar las causas de la violencia, por lo que los esfuerzos de su gobierno se concentran en atender los problemas sociales y no en frenar a las bandas criminales.

Lo interesante del reporte es que exhibe claramente las omisiones y errores del gobierno mexicano, pero no menciona siquiera lo que ocurre con las drogas una vez que cruzan la frontera. ¿Dónde se almacenan? ¿Cómo llegan a los consumidores? ¿Qué pasa con los millones de dólares que ese mercado genera? El informe estaría realmente completo si explicara el papel de las autoridades estadounidenses en esta cadena de corrupción, venta ilegal de sustancias, tráfico de armas y lavado de dinero. Ya es tiempo de que cada quien asuma su responsabilidad.