¿Continuamos?
Yheraldo Martínez
¿Continuamos? ¿Tú qué dices? En mi columna anterior escribí sobre la importancia de comenzar, y lo complicado que esto se vuelve para la mayoría de las personas, evidentemente para muchas puede ser muy sencillo, pero para otras más, definitivamente es toda una odisea comenzar algo. Por diferentes motivos que algunos expuse, otros de plano se me salen del radar. En esta ocasión me voy a dar la oportunidad de platicar contigo si así me lo permites, sobre la importancia de continuar.
La palabra continuar significa, seguir haciendo lo que ya comenzaste, durar, permanecer, seguir, extenderse. Me resulta interesante reflexionar, ¿en qué momento debemos continuar y en cuál detenernos? ¿Bajo qué circunstancias podemos permanecer donde mismo, o mejor seguir, pero hacia otro rumbo? ¿Tú qué piensas?
Llego a la conclusión de que el principal motivo por el cual la mayoría de las personas no comenzamos algo nuevo o diferente es por miedo y lo paradójico es que una vez que estamos encaminados en ello, no lo dejamos muchas veces por la misma razón; por miedo. Al ser humano le es difícil separarse de lo conocido, a todo nos acostumbramos, hasta a lo malo.
No importa que tan mal nos sintamos, o que tanto desgaste tengamos, no nos alejamos por miedo; al rechazo, al qué dirán, a los cuestionamientos de las personas que tenemos a nuestro alrededor. De esa manera podemos continuar en relaciones que ya no nos hacen sentir plenos, amistades que ya no nos aportan, trabajos que solo nos desgastan, estudios que no nos suman, en lugares que nos hacen sentir incomodidad, en relaciones de cualquier índole donde nos hacen sentir que no valemos. O en ocasiones porque no queremos hacer sentir mal a las personas y preferimos continuar de la misma manera.
Continuar no siempre es la mejor opción, pero renunciar tampoco, ¿cuándo sí y cuando no?, quisiera darte la respuesta, pero esa solo es tuya. Hay quien dice que lo que valga la pena, a mí no me gusta que valga la pena, me gusta que valga la alegría, la felicidad, el crecimiento, el aprendizaje. La respuesta la encontramos escuchándonos, observándonos, sintiéndonos a nosotros mismos, para entender que me llena de vida, y que me drena mi energía, ¿qué es lo que me hace brillar y qué me opaca? ¿Qué es lo que me hace sentirme en sintonía, o qué me hace sentir que no encajo? No sé, esas respuestas nos pueden brindar una guía para saber si debemos continuar.
Tomemos en cuenta también: continuar no siempre representa avanzar, también cambiar, puede significar mejorar; re direccionar, es continuar. Mientras todo fluya, la vida continua, ¡recuérdalo! Lo que no fluye se estanca, lo que se estanca se pudre y lo que se pudre se muere. Aplica para todo; sentimientos, emociones, pasiones, sueños, anhelos, objetivos… para todo.
Habrá quien pueda decir, que lo difícil no es empezar, sino mantenerse, generalmente se hace referencia a cuando alguien llega a una especie de éxito para los demás, un primer lugar en algo, un cargo importante, ciertas metas que se cumplieron. Pero también mantenerse no siempre es sinónimo de éxito. Ahora si aplica, ¿continuar?, pero ¿a qué costo? No se puede ganar todo el tiempo, y no te puedes permitir siempre estar perdiendo, de lo que se trata esto es de mantenerse aprendiendo.
Hay cosas que desde donde yo lo veo, es imprescindible que debamos continuar. El siempre cultivarnos: en lo físico, emocional, sentimental y espiritual. El mundo evoluciona a un ritmo impresionante, y nuestro aprendizaje debe de expandirse en función de la realidad que vamos viviendo.