Voto Electrónico (II)
Carla Humphrey
El Instituto Nacional Electoral (INE), a través de la Comisión de Organización Electoral que presido, llevará a cabo del 16 al 19 de agosto, un Foro sobre Voto Electrónico: Posibilidades y desafíos para su implementación en México, mediante el que se busca analizar la viabilidad de la instrumentación de la votación electrónica a través del uso de dispositivos electrónicos o mediante el voto por internet, en los procesos electorales en México.
Para ello, conformó una serie de mesas en las que participarán desde consejeras y consejeros electorales tanto de la autoridad electoral nacional como de los Organismos Públicos Locales Electorales (OPLE) que cuentan con urnas electrónicas y las han usado de manera vinculante en elecciones; magistradas y magistrados de instancias jurisdiccionales electorales; autoridades electorales de países con votación electrónica; personalidades de organismos internacionales; personas dedicadas a la academia, representaciones de los partidos políticos nacionales así como legisladores y legisladoras que, en todos los casos han referido, en múltiples ocasiones, los beneficios, los desaciertos y las oportunidades de la votación electrónica.
Estas mesas de trabajo abordarán fundamentalmente 7 grandes rubros: el voto electrónico: modalidades de su aplicación; el voto electrónico y la seguridad informática; legislación del voto electrónico; experiencias internacionales sobre voto electrónico; implementación del voto electrónico en América Latina; mecanismos de votación electrónica en México, e instrumentación del voto electrónico: perspectivas de los partidos políticos nacionales.
En cada una de las mesas que conforman el programa del #ForoVotoElectrónico la discusión se centrará en las ventajas, desventajas y retos de su instrumentación. Al respecto, apunto algunas consideraciones de las ventajas del voto electrónico que me parecen las más representativas:
El voto electrónico (con urna electrónica o voto por internet) implicaría dejar de lado la impresión de millones de boletas electorales, la impresión de diversos materiales electorales auxiliares, entre otros, y su posterior distribución en todo el país generando, además, una política ambientalista institucional y, por lo tanto, repercutiría en la reducción de los plazos para la organización de los procesos electorales.
El voto electrónico dejaría en el pasado los errores aritméticos que, por cansancio o confusión se registran en las actas de escrutinio y cómputo de casilla o en los propios consejos distritales.
El voto electrónico podría traer ahorro de recursos en un mediano plazo ya que urnas o el voto por internet tienen una vida útil de 10 años al menos, sobre todo si consideramos que se implemente, en su oportunidad, el voto por internet al interior de la República Mexicana; el uso de urnas electrónicas y su costo se iría recuperando de manera gradual.
El voto por internet podría incrementar la participación ciudadana, sobre todo si con una reforma a la legislación electoral, se implementa el voto anticipado y se permite ampliar los plazos para votar a varios días antes de la jornada electoral.
Con la reforma al marco normativo correspondiente, el voto electrónico daría los resultados electorales el mismo día de la elección al término de la jornada electiva correspondiente, prescindiendo de los programas electorales preliminares, entre otros aspectos más.
Dentro de las desventajas que han sido manifestadas en diversos foros, encontramos entre otras, las siguientes:
A pesar de que la utilización de urnas electrónicas y el voto por internet que actualmente se usa para recibir el voto de las y los mexicanos residentes en el extranjero tanto a nivel federal como local desde hace más de una década, de acuerdo con las normativas correspondientes, son auditados en múltiples etapas, se ha hecho énfasis en este factor con la finalidad de generar esquemas de mayor transparencia.
El voto electrónico genera dudas, sobre todo ante diversos académicos y actores políticos sobre hackeos, “caídas del sistema” o bien, la necesidad de respaldos impresos o testigos de voto para garantizar que cada uno de los votos emitidos son contabilizados correctamente.
El costo de urnas electrónicas es muy elevado y tendría que pasar varios procesos electorales para equilibrar los costos en comparación con el uso del papel o el voto tradicional.
El voto por internet podría resultar apto para las nuevas generaciones que están familiarizadas con su uso, pero para la población adulta mayor, por ejemplo, podría derivar en su no participación, entre otros ejemplos más.
Bajo este contexto, y partiendo de la base que las últimas propuestas de reforma en materia electoral presentadas por diversos partidos políticos son coincidentes en incorporar la votación electrónica, el #ForoDVotoElectrónico que llevará a cabo el INE será el momento propicio para ir sentando las bases sobre los elementos necesarios para su eventual implementación.
Este #ForoVotoElectrónico será solo el comienzo de una serie de debates y encuentros con especialistas que confluyan para aportar sus experiencias y opiniones para que las y los legisladores puedan determinar la viabilidad o rumbo de los proyectos institucionales en beneficio de las y los electores de esta gran nación.