24 de Noviembre de 2024

Gruma y Bachoco, en la mira de la 4T

MARIO MALDONADO

Dos de las principales empresas de alimentos del país están en la mira de las autoridades por los aumentos de precios que han aplicado a sus productos con el argumento del encarecimiento de las materias primas a nivel internacional. Gruma y Bachoco forman parte del acuerdo establecido entre la iniciativa privada y el gobierno federal para reducir la inflación, sin embargo, se les acusa de no haber cumplido el pacto. 

Este martes el titular de la Procuraduría Federal del Consumidor, Ricardo Sheffield, culpó a Maseca (Gruma) de provocar el aumento del precio de la tortilla en el país. La empresa es la mayor productora de harina de maíz nixtamalizado, insumo principal para la producción del alimento que forma parte de la dieta de los mexicanos. 

 “El comportamiento en tortillerías está directamente relacionado al precio que da Maseca”, dijo Sheffield e instó a la Comisión Federal de Competencia Económica a investigar este mercado. Ayer platiqué con el presidente de la Cámara Nacional de la Industria de la Masa y la Tortilla, Rubén Montalvo, y coincidió en parte con lo expresado por el procurador. "Antes los incrementos no pasaban de los 500 pesos en un año; ahora han llegado hasta 3 mil pesos en la tonelada de harina", comentó.

También reconoció que la harina, si bien es su principal insumo con poco más del 50% del costo de producción de un kilo de tortilla, no es lo único que ha catapultado el precio de este alimento. Los incrementos en el precio del gas, la energía eléctrica, el transporte y la gasolina también han presionado sus costos, los cuales se han trasladado al consumidor final. Es decir que la información del procurador Sheffield fue incompleta, aunque no desaprovechó la conferencia matutina de Palacio Nacional para congraciarse con el presidente López Obrador, quien planea subsidiar el precio de la tortilla. 

Las utilidades de Gimsa (Maseca) se estancaron en el segundo trimestre del 2022, lo que quiere decir que no se benefició necesariamente de los aumentos en el precio de la harina nixtamalizada que vende a las tortillerías y comercios. En todo el primer semestre, comparado con el mismo periodo del 2021, sus ganancias sí se incrementaron 15%.

El otro caso que siguen de cerca en Profeco y otras dependencias con las que se hicieron los acuerdos para intentar contener la inflación es Bachoco. El precio de sus productos también se ha mantenido al alza so pretexto del encarecimiento de las materias primas, como el caso de los granos.  

Bachoco es el principal productor de pollo y huevo del país, alimentos que en julio de este año registraron incrementos anuales de 14.1% y 37.2%, respectivamente. Esto contrasta con los datos reportados por la empresa a la Bolsa Mexicana de Valores, cuya utilidad neta subió 103% en el segundo trimestre del 2022 y 43% en todo el primer semestre. 

El aumento injustificado de los precios de productos básicos es un tema relevante en el mundo. En Estados Unidos trascendió el caso de Tyson, que presuntamente aprovechó la pandemia y la inflación para aumentar desproporcionadamente los precios de sus productos.

En México, tras el acuerdo del gobierno federal con los empresarios (Pacic) se emitieron directrices de emergencia para el transporte ferroviario de carga, en busca de mitigar los altos costos de estas tarifas, las cuales se trasladan a diversas mercancías e impactan en los precios de la canasta básica. 

El tope al precio de estas tarifas fue una advertencia para el resto de las empresas: o se autorregulan o podrían sufrir algunas de estas medidas que en el gobierno no les llaman controles de precios… pero cómo se parecen.