La era de las grandes crisis
ENRIQUE BEAS
Siendo muy realistas, en la Liga MX los equipos grandes, populares, llevan rato sin un gran dominio.
Es cierto que el América se maneja aparte, porque suele estar constantemente compitiendo con mejores recursos y fundamentos, pero tiene sólo un título de los últimos 14 de Liga, lo cual habla del poco dominio, y aún así es el equipo grande que mejor se comporta, que no hace el ridículo tan seguido como sí les sucede a Pumas, Cruz Azul y Chivas, que en este torneo otra vez están fuera de zona de repechaje y muy lejos del objetivo de clasificar directo entre los primeros cuatro.
Después de una goleada tan poderosa, histórica y contundente de 7-0, La Máquina vive las horas más complejas, sin cabeza, sin ideas y abandonada a la suerte de personas que no tienen la experiencia y que su verdadera batalla hoy es fuera de los terrenos de juego.
La Cooperativa, que vive semanas muy intensas en el cambio de poder y control, pelea en las calles por la justicia social de sus trabajadores y de los eternos privilegios de un puñado de altos mandos que han sangrado a la figura laboral.
De ahí que el equipo sea el menor de los males, aunque siempre reflejando los problemas internos y manejos como caja chica, gracias a un conjunto que ha ayudado a rentabilizar los bolsillos de los que hoy comparecen ante la justicia o se fugaron.
Por eso, lo del sábado no es casualidad, sino un reflejo del presente de La Máquina.
En el equipo universitario, el poco conocimiento de la cabeza del patronato y el desinterés del rector por el equipo de futbol profesional, tienen de nuevo al borde a un conjunto que por fin invirtió, pero en el que no hay líderes reales para enderezar un proyecto que, si bien es cierto, ha luchado con pocos recursos, hoy está muy lejos de poder volver a ganar un título, mismo que no logra desde hace 11 años.
Por eso, la crisis de los equipos grandes es cada vez más frecuente y más aguda, al ver que los buenos torneos de Cruz Azul, Pumas y Chivas (que las dejé descansar) son parte de la realidad moderna de instituciones que dejaron en el pasado su estirpe ganadora y competitiva.
¡Bienvenidos, bienvenidos! A la era de los grandes en verdadera crisis.