Unos entran, otros salen, nada cambia
HÉCTOR DE MAULEÓN
Lo señalan vecinos y comerciantes de las calles República de Chile, República de Perú, República de Nicaragua, Cuba, Brasil, Allende, Belisario Domínguez y Mariana del Toro Lazarín.
Está al frente de una célula de extorsionadores de la Unión Tepito involucrada en la extorsión, el cobro de piso y la privación ilegal de la libertad.
Su nombre: Fernando Néstor Sánchez Medina, conocido como El Fernandito.
El grupo que encabeza, violento como tantos otros en el Centro Histórico, opera al servicio de Eduardo Ramírez Tiburcio, conocido como El Chori, uno de los líderes de la Unión más buscados por las autoridades y al que se relaciona desde hace años con una lucha por el control de las calles y el despojo de predios en los que más tarde, con gran ganancia para la Unión, se levantan las llamadas “plazas chinas”.
Esta fracción de la Unión Tepito ha logrado apoderarse, mediante la violencia, de incontables predios de República de Argentina, según información proporcionada por comerciantes del Centro Histórico.
En la lucha por la extorsión de los comerciantes y el control de sus líderes, El Chori se ha enfrentado con Alberto Fuentes, El Elvis —al que se acusa del asesinato del líder de comerciantes Raymundo Pérez— y con otro líder de célula conocido como José Luis Méndez Ríos y/o Víctor Hugo Vega Ríos, alias El Chila.
Muchas de las ejecuciones y de la sangre que ha corrido en la zona centro de la capital del país provienen de esta pugna. Los grupos se disputan millones de pesos producto de la extorsión y el narcomenudeo, según fuentes de inteligencia de la Secretaría de Seguridad Ciudadana.
Denuncias de la gente del Centro Histórico pusieron en la mira de la policía al Fernandito. El pasado martes 12 de abril, en la calle Minerva, en la colonia Axotla de la alcaldía Álvaro Obregón, Sánchez Medina fue detenido por elementos de la SSC. Conducía un Mercedes y, según el reporte, además de una pistola clavada en la cintura (en la que había diez cartuchos), se le halló una caja de cartón con cocaína en estado sólido, así como un contenedor con marihuana a granel.
Integrantes de su célula fueron aprehendidos entre mayo y junio. Primero, en la esquina de Perú y Brasil fue ubicado su primo, Carlos Alan Sánchez, en compañía de otro de los buscados de la Unión, Donovan Esquivel, apodado El Donovan.
Ambos habían sido aprehendidos previamente por narcomenudeo y lesiones por arma de fuego. Les hallaron 26 bolsas de cocaína en piedra y 36 bolsas de marihuana.
Semanas más tarde fue detenido un sujeto apodado El Macetas, miembro del grupo de extorsionadores que ha sido señalado por vecinos y comerciantes.
A principios de julio de este año, las autoridades reportaron la detención de la madre de El Fernandito, a la que se acusa de poseer un punto de venta de droga en República de Chile, una de las calles más conflictivas del centro, y de poner bajo renta, no solo a los ambulantes, sino también a las trabajadoras sexuales de las calles controladas por la célula.
No que luego de estos acontecimientos hubieran terminado la extorsión y el narcomenudeo en el centro, ya que El Chori y El Elvis continúan en libertad, como dueños absolutos de una gran porción del Centro.
Pero la captura del Fernandito trajo cierto alivio en la zona. “Ya traían ellos (El Fernandito y sus enemigos) una bronca muy muy fuerte”, relatan en la zona.
Ayer cayó en las calles mencionadas, como un balde de agua fría, la noticia de que, tras una audiencia intermedia, un juez de distrito especializado en el sistema penal acusatorio con residencia en el Reclusorio Sur le concedió la libertad “al autorizarse la suspensión condicional del proceso dentro de la carpeta judicial 009/0876/2022, por delito contra la salud, modalidad de narcomenudeo y por delito de portación de arma de fuego de uso reservado”.
“No para esta pesadilla. Entran, están unos meses y luego salen a desquitarse con nosotros de los meses que pasaron dentro”, denuncian los pobladores del centro.
La pesadilla lleva años. Unos entran, otros salen, nada cambia.