Fallece la reina Isabel II, monarca de Inglaterra
JORGE NUÑO
Hoy amanecimos con una triste noticia: la muerte de la reina Isabel II de Inglaterra, monarca con el reinado más largo de la historia, quien contribuyó a garantizar la estabilidad en un siglo turbulento, en especial en los años 70, cuando visitó México.
La reina Isabel y su reinado como Jefe de Estado marcó una generación que casi desaparece, quien lucharía en la Segunda Guerra Mundial, al lado de un gran hombre el primer ministro Winston Churchill.
Su fallecimiento inesperado es una pérdida enorme tanto para Inglaterra como para el mundo, ya que ayudó a estabilizar y modernizar grandes cambios sociales.
En México dejó una huella indeleble con su gran simpatía cuando visitó nuestro país el 24 de febrero de 1975 acompañada del Príncipe Duque de Edimburgo. Recuerdo con especial cariño su sonrisa, simpatía y el aplauso del pueblo donde quiera que se presentó.
En aquel entonces fue recibida con una especial ceremonia desde el aeropuerto hasta Palacio Nacional por el Presidente de República Luis Echeverría Álvarez, quien le ofreció una cena de honor acompañada por el cuerpo diplomático y una gran mujer, la compañera María Esther Zuno de Echeverría, evento que fue amenizado por mariachis de mi tierra llenos de mexicanidad.
En el discurso pronunciado por el Presidente Echeverría, durante la cena antes mencionada se exaltó el origen de nuestra mexicanidad y orgullo de nuestra cultura, recordando nuestras coincidencias diplomáticas bilaterales y multilaterales, confirmando la solidez de los vínculos de estas dos naciones con intereses comunes, basada en el respeto al derecho ajeno.
No se soslayaron las naturales diferencias de nuestras peculiaridades históricas y geopolíticas, pero coincidieron en impulsar con vigor acciones conjuntas en defensa de la paz, la seguridad colectiva, la solución negociada de las controversias y los derechos humanos.
La reina Isabel escuchaba con atención el discurso realista de las pugnas que provocan y prolongan los conflictos bélicos en diversas partes del mundo y el lento progreso de los acuerdos de desarme y el incremento de los arsenales nucleares.
Escuchó la reina con gran beneplácito la propuesta para un mundo en paz de la Carta de Derecho y Deberes Económicos de los Estados, punto de partida para la creación de un Nuevo Orden Internacional.
La emoción invadía el ambiente de esa inolvidable cena cuya inspiración fue contribuir juntos a fortalecer la causa de la paz, la justicia y el bienestar colectivo, brindando por que la amistad entre Gran Bretaña y México sea inalterable.
En aquella visita tuve el honor de acompañarla sobre todo en su recorrido por Yucatán, en las zonas arqueológicas, y especialmente en la ciudad de Tizimín donde la recibieron mi gran amigo Noé Peniche Patrón y su esposa Anita Aguiar de Peniche.
Esa noche pernoctó frente a las ruinas de Uxmal donde se celebró un espectáculo folclórico con las tradiciones de la cultura de Yucatán y especialmente la milenaria cultura maya.