24 de Noviembre de 2024

La reina del tiempo

HUSSEIN FORZÁN

No existe un personaje más influyente para el deporte que la reina Isabel II; sin duda alguna, una mujer que supo manejar su peso político en favor de su país, llevando una Copa del Mundo y dos Juegos Olímpicos a la unión británica; incluso, se dice que influyó u “ordenó” que Inglaterra tenía que ganar la Copa del Mundo en 1966; obviamente, todo queda en la especulación, pero no cabe duda de que es un personaje que marcó la historia de la humanidad moderna. De hecho, es la única mujer en la historia que inauguró dos Juegos Olímpicos en su país.

La reina Isabel no sólo influye en la Isla Británica, sino también en otros territorios como Canadá, Australia, Nueva Zelanda, Jamaica, Bahamas, Granada, Papúa Nueva Guinea, Islas Salomón, Tuvalu, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas, Belice, Antigua y Barbuda, y San Cristóbal y Nieves. En todos estos territorios hay deporte y se ve afectado.

Pongamos un ejemplo: En 1950, la reina Isabel II presenció el primer Gran Premio de la Fórmula Uno. Este evento contó con 200 mil espectadores, quienes se desplazaron al aeropuerto de Silverstone, reconvertido en circuito automovilístico.

La relación de la reina no sólo fue con algunos deportes, hablando de futbol o automovilismo, su relación fue aún más cercana con el rugby, siendo líder de la Rugby Football Union, y la Welsh Rugby Union.

También encabezó el All England Lawn Tennis and Croquet Club, que es —en palabras simples— el club anfitrión del torneo de Wimbledon.

La gran pasión de Isabel II eran los caballos, ahí depositaba todo su amor por el deporte.

Era conocido por todos su amor por el hipismo, siendo dueña de caballos pura sangre, a los que mantenerlos costaba más de dos millones de euros al año por cada uno, contando con más o menos 30 equinos propios.

En los últimos años, debido a su edad, la reina Isabel dejó de montar a los caballos y solamente lo hacía en su poni de raza Fell, llamada Fern.

Un personaje que marcó a la humanidad, el deporte, la economía, la sociedad, la política y que —sin duda alguna— es una de las últimas personas emblemáticas que han puesto la base para la vida moderna.