La politiquería en el deporte de México es increíble
NELSON VARGAS
Han sido 65 años de trabajar para desarrollar lo que he logrado en el deporte acuático.
He tenido la fortuna de ser parte tres veces del Premio Nacional de Deportes. La primera, en 1978; la segunda, en 1982, como parte (presidente) de la Federación Mexicana de Natación; y la tercera es por mérito deportivo en 2012, por el trabajo hecho a lo largo de estos años.
Me queda claro que en 2018, cuando el presidente de la FMN y su Consejo Deportivo (que está desconocido) me nombran miembro honorario, fue por algo. Fui delegado en los pasados Juegos Centroamericanos y del Caribe, en los que México tuvo una actuación histórica, y siempre he estado al pendiente de que siga el desarrollo, pese a las carencias.
Ahora no entiendo. Se han comenzado a realizar grupos para hacer una Comisión Estabilizadora nueva, y lo hacen lejos de la gente que ha estado dando la cara por los atletas.
He estado apoyando, sin buscar sacar ventajas, ni querer algo más que respaldar al gran número de nadadores de todo el país que buscan sobresalir para dejar el nombre de México en alto.
Ha sido triste que, en tres años, no les han dado nada para su preparación y han salido adelante con recursos propios y que se han conseguido por otros medios.
No entiendo por qué la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade) y el Comité Olímpico Mexicano (COM) tratan de que no me acerque a la natación, cuando siempre estoy demostrando que quiero aportar.
Forman una nueva Comisión Estabilizadora y no hay la manera de saber qué pasa, qué hacen. Lo único que quiero es ayudar y lo seguiré haciendo, ya sea con el apoyo de Conade o COM, o incluso sin ese apoyo.
Es penoso sentirse relegado en tu medio, en el trabajo que llevas realizando por años. Tenemos más de mil nadadores afiliados a la FMN en la empresa, además de 17 equipos representativos. Se han logrado resultados inmejorables y seguimos sin que nos tomen en cuenta en absoluto.
El desprestigio sobre mi empresa ha sido tan grande que mis amigas (porque así las considero) que dirigen el deporte nacional están convencidas de que le hago daño a la natación de México. Así lo veo, así lo siento y me da pena, porque tenemos muchos años de conocernos.
Si no quieren que me acerque, no será así, porque tengo muchos nadadores a los que seguiré apoyando; de una vez se los digo. Qué triste la politiquería en el deporte mexicano.