La violencia en el espacio digital
YASMÍN ESQUIVEL
Conforme las mujeres expanden sus horizontes e incursionan en distintos ámbitos, están expuestas a una mayor violencia. A la que sufren en el hogar, suman la violencia escolar, laboral, comunitaria y política, hoy plenamente visibles. Afirmación que confirma la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH) 2016 levantada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), al reportar que la prevalencia de violencia total es mayor conforme el nivel de escolaridad aumenta, esto –apunta– debido al incremento en el tiempo de exposición al riesgo.
En la actualidad, el vertiginoso desarrollo de las tecnologías de información y comunicación (TIC), que nos brindan nuevas herramientas y facilitan las relaciones interpersonales, inevitablemente han vuelto a internet un espacio en el que también suceden manifestaciones de violencia contra las mujeres y las niñas, al igual que ocurre en el espacio físico, provocando daños o sufrimientos psicológicos, físicos, sexuales o hasta económicos a las víctimas. Un impacto que debemos evitar.
Por ello, en junio de 2021, se adiciona la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia para reconocer como una nueva modalidad: la violencia digital, que incluye el acoso digital o, conocido más coloquialmente como ciberacoso.
Hablamos de un fenómeno que crece exponencialmente, con importantes repercusiones en la vida de las personas, de ahí la importancia de conocer sus orígenes, prácticas y magnitud. Uno de los instrumentos que nos aporta información de relevancia es el Módulo sobre Ciberacoso (MOCIBA) diseñado por el INEGI, que con datos a 2021 fue publicado en julio de este año.
Según lo reporta, del total de la población de 12 y más años, usuaria de internet a través de dispositivos como de computadoras, teléfonos, televisores inteligentes, tabletas o consolas de videojuegos (poco menos de 81.2 millones) el 21.7%, equivalente a 17.7 millones de personas fueron víctimas de ciberacoso, de las que 9.7 millones fueron mujeres, con una mayor incidencia en mujeres de entre 20 y 29 años, seguida de mujeres entre 12 y 19 años.
A nivel nacional, de la población de 12 años y más que vivió ciberacoso durante los últimos 12 meses, la situación de ciberacoso más recurrente fue el contacto mediante identidades falsas, seguida de mensajes ofensivos, recepción de contenido sexual, insinuaciones o propuestas sexuales, estas dos últimas con una incidencia de casi el doble tratándose de mujeres.
Por lo que hace a los agresores, el 59.4% de las víctimas desconocía a la persona agresores, en tanto que el 23.5 eran conocidos. Y, en cuanto a los medios, el 45.4% de las víctimas fue acosada por medio de Facebook, seguido de Twitter, WhatsApp, Messenger y teléfono celular, entre los de mayor recurrencia. De estos, los más utilizados para agredir a las mujeres son Facebook y Twitter.
El MOCIBA, además aporta información relativa a las medidas de seguridad adoptadas para protegerse contra el ciberacoso, la percepción de la población sobre la importancia de proteger sus datos en internet y en qué medida los protege.
Estas cifras revelan que son las mujeres y —en un importante porcentaje— nuestras niñas y adolescentes, las víctimas recurrentes de ciberacoso, con una prevalencia importante en agresiones de tipo sexual, a través de su acceso a internet en un promedio de 6 horas al día, convirtiendo el espacio digital en un ambiente en el que también se reproducen las asimetrías de poder, los comportamientos discriminatorios y de violencia contra las mujeres, con severos riesgos y consecuencias.
Es imperioso promover medidas para prevenir, sancionar y erradicar toda violencia contra las mujeres, para que cada espacio sea seguro, que no sea ésta el costo de aspirar a nuevos horizontes, de aspirar a iguales oportunidades.