Marina da contrato de 10 mil mdp a empresa china y desafía a EU
MARIO MALDONADO
La Secretaría de Marina desafió las advertencias del gobierno de Estados Unidos y otorgó, por adjudicación directa, un contrato por 10 mil millones de pesos a la empresa china Nuctech para el equipamiento de las aduanas marítimas.
Son 17 aduanas las que recibirán equipamiento tecnológico para escaneo y vigilancia fabricado por Nuctech, la cual ha sido señalada por Estados Unidos de mantener vínculos con el gobierno de China, además de que estaría aprovechando vulnerabilidades de sus equipos para favorecer intereses del país oriental.
De acuerdo con fuentes involucradas en la transacción, el procedimiento de adjudicación de la dependencia a cargo del almirante Rafael Ojeda ya está concluido, con cargo al Fideicomiso para Administrar la Contraprestación del Artículo 16 de la Ley Aduanera, mejor conocido como FACLA.
El procedimiento quedó concluido hace un par de semanas con la mayor opacidad.
La información se reservó bajo el concepto de Seguridad Nacional, además de que no existe posibilidad de darle seguimiento a los recursos de un fideicomiso que no admite revisiones de la Auditoría Superior de la Federación.
El contrato pasó por la Dirección de Recursos Materiales y Servicios Generales, a cargo de Araceli Hernández Perea, quien firmó el documento de un día para otro, algo que no es común en los procedimientos de compras de la Agencia Nacional de Aduanas de México, sobre todo los que se relacionan con servicios o materiales involucrados con los procesos tecnológicos o de seguridad.
La empresa socia de Nuctech al parecer es LTP Global Software, la cual ya había colocado a principios de año un buen lote de estos equipos en las aduanas fronterizas e interiores, aquellas que están controladas por la Sedena.
Se sabe que en el manejo de los recursos del FACLA lleva mano el Ejército sobre la Marina. Los más de 80 mil millones de pesos que reportó este fideicomiso a principios de año se manejan bajo las órdenes de los generales y muy poco opinan sobre su destino los almirantes.
Lo mismo ocurrió con el personal civil de los puntos fronterizos. La Marina se queda con la plantilla de trabajadores para operar las aduanas marítimas que le corresponden, mientras que el Ejército no quiere saber nada de personal que no tenga formación y categoría militar.
Por ahora, y hasta antes del 5 de diciembre, algunos civiles siguen teniendo participación en las decisiones importantes de la ANAM, sobre todo en las que implican comprometer recursos multimillonarios para contratos.