24 de Noviembre de 2024

Una entrevista antes de morir

CLAUDIO OCHOA

Eran las 7:16 am del pasado jueves 17 de noviembre. El periodista José Luis Morales, del programa Infolínea de Aguascalientes, interrumpió su transmisión para presentarlo: “Tengo en el teléfono al jefe Porfirio. Secretario, muy buenos días, ¿qué demonios ocurrió ayer en el municipio de El Llano?”. La pregunta era en referencia a la matanza de tres personas en un palenque improvisado que se levantaba por las fiestas patronales. Detrás estuvieron hombres armados con cuernos de chivo.

Porfirio Sánchez Mendoza, secretario de seguridad pública de Aguascalientes respondió a una decena de preguntas más, con un denominador: “Detrás está el narco, no lo podemos negar”. Y siguió: “la inercia que trae el país se está generalizando”, “hemos logrado contener ataques”.

Poco a poco, el Jefe Porfirio subió el tono de voz, hasta gritarle al teléfono, mientras al fondo se escuchaban las hélices de un helicóptero cada vez más cerca. Ahí se despidió, con notable prisa.

Casi una hora más tarde, a las 8:07 am, el mismo programa interrumpió la transmisión para contar la última hora. El helicóptero Águila Uno, de la policía estatal, había colapsado en el municipio de Jesús María. Era el mismo que acababa de abordar el Jefe Porfirio al terminar la entrevista. “No puede ser, no puede ser, no puede ser”, dijo el conductor. Intentaron llamarle a su celular de nuevo y mientras mostraban las imágenes de los restos y el campo en llamas sonó una grabación: “Buzón de voz, su llamada será transferida al terminar los tonos siguientes”.

Porfirio Sánchez Mendoza era un personaje polémico. Tuvo una notable cercanía con Genaro García Luna como jefe del departamento de investigación de la AFI, durante el sexenio de Felipe Calderón. Apenas el 2 de febrero pasado la FGR lo detuvo, acusado de tortura. Luego de siete meses en la cárcel quedó libre por falta de pruebas y la nueva gobernadora, la panista Teresa Jiménez, lo ratificó en el cargo.

Hace unos días, el 3 de noviembre, el Jefe Porfirio se involucró en el escándalo por la disputa de la Cooperativa Cruz Azul. Rodeado por decenas de policías, llegó a la planta industrial de la carretera Carboneras-Arroyo Hondo, en Tepezalá. Tenía que cumplimentar una orden judicial para desalojarla, pero se rehusó a hacerlo bajo el argumento que esas no eran sus atribuciones. ¿Entonces por qué se hizo presente? Esa duda sigue en el aire.

Zacatecas, ardiendo, Guanajuato, ardiendo y Jalisco, ardiendo, rodean a Aguascalientes. La violencia empeora y el secretario ha muerto, no sin antes dejarlo claro: “detrás está el narco”. La gobernadora ha dicho que todo indica que se trató de un accidente. Ojalá las pruebas sean contundentes.