24 de Noviembre de 2024

Lo que hay es sangre y muertos

HÉCTOR DE MAULEÓN

No existen palabras para describir la orgía de sangre que está ocurriendo hoy en Guanajuato.

Ayer, en Tarimoro, a las 7 de la mañana, hombres armados ingresaron por la fuerza a la casa de una familia –familia de un excomandante policiaco, según vecinos– y acribillaron a sangre fría a cinco personas. Una de ellas, una bebé de siete meses.

Tarimoro es uno de los escenarios donde el Cártel Jalisco y el Cártel de Santa Rosa de Lima se disputan el control del huachicol, la extorsión, el cobro de piso y el narcomenudeo.

Es el mismo lugar donde el 21 de septiembre pasado, en cosa de segundos, fueron asesinadas 10 personas que se encontraban en un billar –el Harrah’s–, y en donde los sicarios grabaron la ejecución y dejaron cartulinas que indicaban que Tarimoro, así como otros pueblos y municipios del estado, “son del Marro”.

Existen reportes que indican que uno de los jefes de plaza del Cártel de Santa Rosa, Emmanuel Rodríguez, El Zermeño, rompió con sus antiguos cómplices y se pasó al CJNG.

Así que además de la violenta pugna entre estas dos organizaciones, al río de sangre que inunda Guanajuato se sumó la escisión ocurrida en el grupo que encabezó, hasta agosto de 2020, fecha en que fue detenido, José Antonio Yépez, El Marro.

Informes de la Sedena que forman parte de los documentos filtrados por el colectivo Guacamaya, señalan que El Marro continuó operando desde la cárcel, a través de su hermano Juan Rodolfo, apodado El Rudy.

El Rudy dirigió las operaciones de Santa Rosa y ordenó asesinatos desde Tecate, Baja California. Un puesto de seguridad del Ejército lo detectó por azar, a principios de mes, a bordo de un vehículo.

El Rudy llevaba consigo 60 mil dólares y más de 40 mil pesos.

Su detención desató un coletazo de violencia, con el que cierra en Guanajuato un año de masacres y horrores.

Tras la detención del Rudy, sicarios de Santa Rosa descendieron de una camioneta e irrumpieron en el Bar Lexus, ubicado en Apaseo el Alto. El grupo acribilló a nueve personas, hombres y mujeres, algunas de las cuales intentaron escapar: dos hombres quedaron sin vida en el interior de un auto.

Los agresores dejaron mensajes en contra de El Zermeño, así como de todo aquel que apoyara sus actividades. Poco antes del ataque al Lexus, se había registrado la quema de vehículos (unos 20), así como de negocios y comercios.

Uno de los inmuebles afectados por los incendios fue la Clínica San Fermín que, según documentos del Ejército filtrados por Guacamaya, bajo la pantalla de “clínica de maternidad”, tenía como verdadero fin atender a sicarios heridos del Cártel de Santa Rosa, “sin poner en conocimiento de la autoridad las lesiones causadas por armas de fuego, esperando instrucciones en caso de fallecimiento, para el manejo del cuerpo”.

Emmanuel Rodríguez, El Zermeño, el líder criminal cuyo nombre fue mencionado en los narcomensajes abandonados en el Harrah’s y el Lexus, fue uno de los responsables, entre otras cosas, de la masacre ocurrida en la colonia Valle Hermoso, en la ciudad de Celaya, en la que en mayo pasado 11 personas fueron brutalmente asesinadas (y un hotel y dos bares, incendiados).

Hace apenas unos días, el subsecretario de seguridad pública federal, Ricardo Mejía Berdeja, informó que El Zermeño perdió la vida durante un enfrentamiento con autoridades. El Cártel de Santa Rosa celebró el deceso con nuevas cartulinas.

Horas más tarde, la comandancia municipal de Celaya fue blanco de un ataque. Ocho sicarios que habían tomado parte en el tiroteo, fueron perseguidos y “neutralizados”.

2022 será un año que quedará marcado por las repetidas masacres que desde el 29 de enero sacuden Guanajuato (la prensa registra por lo menos 15, con al menos cinco muertos en cada evento), y que han bañado de sangre Celaya, Comonfort, Salamanca, León, Silao, Irapuato y Apaseo el Alto.