4 de Mayo de 2024

-“Primero el Programa, Después el Hombre” J.R.H. 

Por Salvador Hernández García

Del Maestro D. Jesús Reyes Heroles, en su oportunidad, el Licenciado Manuel Maples Arce hizo el siguiente apunte, “por medio sucesorio me viene la amistad de Jesús Reyes Heroles. Su abuelo era amigo y cliente de mi padre, y su señora madre, apenas dos o tres años mayor que yo, continuó esa amistad. Con mucho celo y energía, Juana Heroles me prestó su colaboración en la obra de saneamiento y pavimentación del Puerto de Tuxpan, emprendida durante mi gestión como Secretario General de Gobierno en Veracruz.

“Inteligente, trabajador y apasionado de los libros, Jesús Reyes Heroles también lo es de la política, a la que considera hermosa. Sus ideales, a juzgar por lo que ha escrito, son de noble moderación para buscar el camino de la democracia por la libertad”.

“Sus ideas expuestas en ensayos esclarecedores confirman su deseo de encontrar nuevas y mejores formas cívicas para México. Me agrada conversar con él, pues su charla vivaz y franca dispone a la expansión”.

Así de esta manera definió el intelectual y diplomático tuxpeño-Papanteco, Licenciado Manuel Maples Arce, al joven ensayista e intelectual de la política, Jesús Reyes Heroles, cuando éste apenas se asomaba a la vida pública para involucrarse en la actividad política y ejercerla como una ciencia, como “El Arte del Buen Gobierno”.

Fue Jesús Reyes Heroles un liberal ortodoxo en el sentido clásico del término, tal como lo concibió un siglo antes el recio liberal mexicano Post-Independentista, José María Luis Mora, pero su diferencia con su antecesor consistió en que Reyes Heroles sí logró incorporar esa corriente al devenir político de nuestro País.

Una de las más profundas preocupaciones que siempre cargó en vida D. Jesús Reyes Heroles, fue la de que no se llegara a hacer realidad “despertar al México bronco” ¡nunca más!, y con ese criterio se hizo llegar a los presidentes, con los cuales colaboró la necesidad de tener conciencia de que no se podía soslayar la existencia de dos Méxicos, el profundo y el oficial.

Para los que actuaron en la política dentro del contexto de la izquierda en México, Jesús Reyes Heroles era sólo un liberal más, es decir, era un político con una praxis separadísima, pero para los que actuaban dentro del mundo oficial, Reyes Heroles fue considerado como un político peligroso para el sistema imperante; su invariable empeño en hacer de México un país democrático “arriesgaba”, según sus detractores, la perdurabilidad de la estructura política mexicana.  

“La forma es fondo”, señalo JRH en su oportunidad, y añadió, “porque mientras que la forma es esencia, el fondo es sustancia”, y bajo esa separación aplicó la circunstancia de Ortega y Gasset en la política.

Repasando antecedentes, se advierte que el Estado de Veracruz ha sido prolífico en la producción y formación de una clase política que propició que dos distinguidos veracruzanos hayan gobernado al México contemporáneo, Miguel Alemán Valdés y Adolfo Ruiz Cortines avalan este aserto. De este mismo estado, semillero de políticos brillantes, surgieron de su nativo Tuxpan Enrique Rodríguez Cano y Jesús Reyes Heroles, protegidos ambos por la sombra de Ruiz Cortines. Por su parte, el joven Reyes Heroles en su juventud, más que un político, parecía un profesor, dueño de una vastísima cultura que, cuentan quienes estuvieron por mucho tiempo a su lado, adquirió estudiando compulsivamente, mientras fumaba, leía y hablaba con largueza, y consecuentemente en su oportunidad no tardó mucho en destacarse como un técnico de la política, a la que interpretó como un arte.

Al respecto de ello, Enrique Krauze opinó que toda biblioteca que se respete de serlo debe de contar en su colectivo con la ilustre “Historia del México Moderno”, de Daniel Cossio Villegas, y con la obra de Jesús Reyes Heroles, “El Liberalismo Mexicano”.

La cultura fue la virtud que distinguió al ilustre tuxpeño del adocenado grupo de políticos con los que desempeño su tarea como funcionario al servicio de la República. Reyes Heroles era un hombre de libros al que le apasionaba la política, la que ejerció con una depurada técnica. En él se cumple el presagio de Platón, vaticinando en el sentido de que “en un momento de la humanidad, será la cultura la mejor plataforma para influir en la política. La cultura implicará poder”.

Desde su juventud, Jesús Reyes Heroles se distinguió como un acucioso analista de la política y con base en el conocimiento de su naturaleza, por lo que correspondía a su aplicación en México a través de sus ensayos, tales como “Apuntes sobre la idea del Estado de Derecho”, “Continuidad del Liberalismo Mexicano”, “La Iglesia y el Estado”, “Las ideas Democráticas en México, Independencia y Reforma”, “En busca de la razón de Estado” y otros trabajos más. Aportó brillantes ideas transformadoras para dinamizar dicha actividad y practicarla en forma más democrática.

Reyes Heroles desempeñó hasta su muerte altos cargos públicos, a los que llegó por su potente erudición y capacidad intelectual. Fue notable su influencia en el panorama nacional a partir de la Presidencia de Adolfo Ruiz Cortines, pero el clímax de su poder lo alcanzó y demostró, pues era un hombre de acción y convicciones, siendo Secretario de Gobernación con el Presidente José López Portillo, con quien discrepó públicamente el día 5 de febrero de 1978, por la visita del Papa a México.

Su casta liberal y su espíritu juarista saltaron por encina de la amistad y la conveniencia, y se inclinó por discrepar públicamente con el Presidente de la República, que aceptar sumisamente una acción de estado que iba contra su formación de consumado liberal.

Gramsci dice que el intelectual tiene sólo un destino; el de analizar a la sociedad. Esa actitud sólo se alcanza en la independencia, en la libertad, dedicado el intelectual a la investigación, a la academia y a la ciencia, aunque ha habido hombres que al igual que como Reyes Heroles asumían esa parte de la obligación crítica a la realidad cotidiana de la política. En su caso, Reyes Heroles tuvo que enfrentarse a poderosísimos enemigos o a crearlos en donde no existían, y quizá esa fue la causa que llevó a Don Jesús a dar la impresión, en determinados casos, de que le gustaba más pelear con los poderosos que trabajar para la Nación, y esta última versión fue hecha circular como consecuencia de los enfrentamientos que sostuvo contra líderes obreros y gobernadores.

Pero a pesar de todo tipo de especulaciones que artificiosamente se tejieron en torno a este personaje para disminuir su real vía como un erudito y técnico de la política, Jesús Reyes Heroles fue el hombre que en el pasado Siglo XX contribuyó con más aportes para democratizar al país, sin perjuicio de que esa transformación permitiera conservar la herencia histórica del liberalismo mexicano.

Hombre universal, hombre de todos los tiempos; 30 años después de su sentido deceso, Jesús Reyes Heroles desapareció físicamente, pero dejó en permanente vigencia su espíritu liberal que mucho ha tenido que ver como factor incidente en la incipiente democracia que actualmente se vive en nuestro país y que ha permitido la alternancia en su Gobierno.