18 de Mayo de 2024

Por Nina Salguero

Fue preocupación común, el que durara la conmiseración, cohesión, solidaridad entre los mexicanos, pero hubo casos en los cuales una minoría tentada por la ambición empezó a robar a los que infortunadamente perdieron la existencia, una tarjeta de crédito perdida entre los escombros fue utilizada por unos vivales para gastar miles de pesos en ropa y más, dicha tarjeta había sido de una estudiante universitaria; al enterarse los padres del fallecimiento de su hija a causa del terremoto, iniciaron los trámites y se enteraron que gran parte de sus ahorros ya no existían, su desencanto fue total, su dolor aumentado más por los gastos de los funerales y traslado del cuerpo, al enterarse la banca HSBC del descarado e inhumano robo de quienes utilizaron la tarjeta, cuyo acto no tiene nombre por ser incalificable, devolvieron la cantidad robada.

Hubo buenos detalles como el policía que encontró joyas y dinero los cuales fueron resguardados  e identificados sus dueños.

Pero siguieron los actos incalificables, el apoyo en despensas que trasladaban jóvenes católicos y su unidad, fueron asaltados, una joven violada y los jóvenes baleados, las despensas desaparecieron y así surgen situaciones que ponen en tela de juicio y nos hablan de los refranes como el siguiente “El camino al infierno está hecho de buenas intenciones” ¡¡Tenemos conocidos que acudieron hasta los lugares donde más necesitan de momento y  regresaron bien, por fortuna!!  Por ello, se ha decidido donar en efectivo y canalizarlo a través de Cáritas, evitar los riesgos y los gastos del viaje, aunque se sabe que existen organizaciones que ofrecen en traslado gratuito, pero quienes viajan arriesgan todo.

¿Cuánto dura la solidaridad? ¿Cuánto afecta un desastre a quienes no fueron víctimas de ello?  La sociedad en general respondió bien, ya fuera con su presencia o ayudado de forma generosa y desprendiéndose de lo elemental... pero que tantas desgracias necesita experimentar un país, una región, para mantener actitudes solidarias?

Dudar mata, o mantenemos esa actitud de respuesta inmediata o la misma vida se encargará de recordarlo, la solidaridad se inculca, es parte fundamental de los valores de una comunidad, de la sociedad, digamos que cada determinado tiempo se les pida a los alumnos de un grupo colaborar para una despensa y ayudar al niño de familia más necesitada...pero no, porque el sistema no lo permite, queda pues en la conciencia de la maestra o de la directora de la institución, un acto de esa naturaleza porque a fin de cuentas es parte de la educación, pero un dedo no hace la mano, ni una golondrina verano, pues hay profesores con formación humana envidiable que no solo imparten educación sino dotan al educando de valores, muchos alumnos llevan valores innatos; pero el sistema, no permite más que lo que viene en el libro de texto.

Si nos diéramos a la tarea de leer historia universal, nos deleitaríamos de los actos heroicos de Tupac Amaru, el héroe Inca, al igual que el Cura Hidalgo vaciló en atacar  México (hoy ciudad)  y ese fue su error, Tupac vaciló en atacar Cuzco, cuando su aguerrida esposa le dijo que lo mejor era atacar, lo que definió la derrota de ambos caudillos.

Al final los españoles, ofrecieron a Tupac Amaru, hacer menos cruel su castigo por rebelde, como no quiso claudicar, lo coronaron al igual que Cristo con púas de hierro, un collar igual para condecorarlo y tres clavos que serían introducidos por la parte posterior del cuello para salir por la boca, su esposa fue muerta a patadas por los españoles, mientras el caudillo, era desmembrado por los caballos asignados para tal fin, como las bestias no podían con el trabajo,  fue decapitado, no sin antes realizar con el cadáver todo tipo de vejaciones, esto es historia, historia pura de un pueblo americano.

Ah, pero antes de ser juzgado Tupac, no vaciló, jamás delató a sus compañeros, a pesar de que algunos de ellos si lo traicionaron,  la respuesta al odioso visitador español, fue:

“Aquí no hay más cómplices que tú y que yo, tú por opresor y yo por libertador merecemos la muerte”. 

Y la lección sería en tiempo y espacio, no traicionar delatando, seguir los principios, no dudar y seguir ayudando al prójimo, que al final la verdadera liberación es ser auténtico.

Y creo que todos los políticos, deberían saberlo.