18 de Mayo de 2024

Entre Catástrofes y Acciones Gubernamentales

Por Julio César Vega Olivares

Los sismos de septiembre nos muestran un país entre la tragedia y la desesperación, un México olvidado con falta de recursos y lo peor nos revela un México con falta de un modelo de nación. No entendemos la versión idílica manejada por algunos sectores, en un país endeudado, viviendo de las remesas, con una terrible corrupción, en condiciones poco propicias para el desarrollo, que provocan una enorme inercia al país, que además lo mantiene atemorizado por la violencia, con poca capacidad de maniobra y de decisión interna, paralizado, sin autodeterminación e independencia, que sólo existen en el discurso político.

Las presiones externas, como el Tratado de Libre Comercio, que parece lejano y sin importancia, pero que tanto daño a hecho al país, y que nuestros dirigentes políticos quieren preservar para seguir sobreexplotando a la mano de obra nacional, que nos condena a salarios de hambre.

Es urgente modificar nuestra relación externa y dejar de ser un  país ensamblador y en todo caso deberíamos estar analizando los escenarios para México, de corto, mediano y largo plazo.

Dos extremos de nuestras debilidades son el sector agrícola y el energético y si queremos ver los efectos económicos reales del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, en la agricultura; revisemos por una parte la superficie sembrada en el país  revisemos; en el año 2000, 14,2 millones de hectáreas, en 2016 solo 12,5 millones, la de maíz bajó de 8.4 a 7.8 millones de hectáreas, la de frijol de 2.1 a 1.6, millones de hectáreas, la de arroz de 88 mil a 42 mil hectáreas, sin embargo la producción de granos ha aumentado, gracias a la elevación de la productividad, por ejemplo la de maíz aumento de 17.6 a 28,3 millones de toneladas,  pero no todo es agradable en estos casos, pues esta productividad es de las transnacionales que operan en México y exportan granos de primera calidad e importan granos de mala calidad, y transgénicos, sin que las autoridades de salud y económicas digan ni pio.

Así las cantidades importadas como porcentaje del consumo nacional, de granos y cereales entre 2000 y 2016, crecieron; en el caso del frijol del 6,6% al 13.4%, en maíz de 23% al 35%, en trigo del 48.6% al 66.7%, en  arroz de 65% a  79%.  En el caso de la leche en los años 80 antes del TLC éramos autosuficientes ya en 2000 importábamos el 16.7% del consumo nacional y en 2016 el 18%, y de ser autosuficientes en carnes también en los ochentas otra vez antes del TLC, pasamos a importar carne de bovino y en 2016 importamos el 10%, de carne de aves 16.55%, y carne de puerco 41.7%, cuando tenemos todo para ser no solo autosuficientes sino exportadores.

En energía somos importadores netos de petrolíferos, y pronto de crudo en los años ochenta éramos exportadores y autosuficientes, nuestra riqueza y nuestra industria Pemex se esfumaron, quedando en manos de extranjeros, y endeudada, por ello la industria petrolera es zona de desastre y no hay responsables

Pues sin duda es urgente un cambio de enfoque en el modelo económico y parece que solo se puede lograr en las urnas.