4 de Mayo de 2024

Tuxpan y Cuba una historia que no se olvida

Por Nancy Jácome

Una madrugada del 25 de noviembre de 1956, bajo la lluvia, el yate Granma comenzó a navegar sigilosamente por las quietas aguas del río Tuxpan, con 82 expedicionarios abordo, listos para la Revolución Cubana.

Fue un día como hoy de hace 61 años, que los expedicionarios partieron de ese punto en Santiago de la Peña,  que hoy en día alberga tanto el Museo como la pista de canotaje,

El cronista de la ciudad Salvador Hernández, guardó un fragmento del discurso que el 4 de diciembre de 1988, pronunció en su visita al Museo México Cuba en el que expresa su sentir por México:

“Entre México y Cuba no se puede hablar de amistad, se tiene que hablar de hermandad… de unidad, de acercamiento, de integración. México es una segunda Patria para nosotros, México es el país que siempre respeto a Cuba, México fue el único país de América Latina que se negó a acatar órdenes de los Estados Unidos. El único país que no traicionó la causa de la solidaridad entre los pueblos de América Latina. Cuba y México han librado muchas batallas, unidos en la esfera internacional en las Naciones Unidas y otros campos.

Agradezco infinitamente, queridos hermanos de México, Veracruz, de Tuxpan, de Santiago de la Peña, el caluroso recibimiento, la atención que nos han prestado a nuestras palabras, la emoción inolvidable, el día feliz, los momentos extraordinarios que hemos vivido el día de hoy, muchas gracias”.

En ese año Fidel Castro llegó a México, atendiendo la invitación de Carlos Salinas de Gortari a su toma de posesión. Era el primer día para Don Fernando Gutiérrez Barrios como Secretario de Gobernación; así como para el Gobernador de Veracruz Dante Delgado, y para el maestro Pericles Namorado, como Alcalde de Tuxpan. Así como un invitado especial del Comandante, el escritor Gabriel García Márquez.

Y es que la relación entre México y Cuba tiene raíces mucho antes de la partida del yate Granma, este sábado no puedes dejar de visitar este Museo que tiene un personal comprometido con la historia entre ambas naciones, siempre ávido de aprender, siempre gustoso de enseñar lo que sabe.

“compartimos los mismos conquistadores los españoles, por ello compartimos construcciones como “El Morro” y “San Juan de Ulúa” tan similares”, dijo el joven que me acompaño a recorrer el museo.

En la casa convertida en Museo, de la cual partieron los expedicionarios se dan los detalles de la partida del Yate: “Parten el 25 de septiembre del 86 en una noche de tormenta; el puerto a la navegación estaba cerrado. Sin embargo ellos sobornaron al capitán del puerto para que los dejara salir y desafiaron el mal tiempo, ellos tenían planeado llegar en tres días a Cuba y se hicieron  una semana. No llegaron  ni en el lugar, ni el día que tenían planeado, esto les beneficio porque en medio de los expedicionarios había una persona infiltraba, esa persona era el delatador que pasó  esa información al régimen de Batista y los estaban esperando en playas coloradas, pero el barco encalló en punta colorada”.

Un mapa en el Galería señala el recorrido del Granma y otro la separación del grupo y como llegaron finalmente para enfrentar a Batista. Pero antes de ese gran momento en la historia Cubana, está el paso de Fidel, Raúl y el Che Guevara por México y el Puerto de Tuxpan.

Y aunque muchos tuxpeños aseguran hacer hablado con Fidel, lo cierto es que hubo dos Grupos Cubanos, así lo han arrojado las investigaciones y platicas que varias personas conocedores del tema han realizado respecto a estos hechos históricos.

Pues sería algo un poco difícil que pasearan por las calles casualmente, al ser un movimiento clandestino no podían darse el lujo de ser vistos o conocidos.

Salvador Hernández cronista de la ciudad me comento que   los cubanos que todos conocieron vivían en una casa ubicada por el Club de Pesca, se encargaban de sacar desechos del río, que dejaban los trabajos petroleros. Algunos se casaron con mujeres tuxpeñas, uno de ellos recuerda con una de las hijas de los señores Riquelme dueños del cine Terraza. Pero no fueron los mismos que salieron a pelear por la Revolución Cubana.

Por su parte los cubanos que acompañaron a Fidel Castro se adiestraron en los ranchos los Gamitos en el Distrito Federal, Santos Rosa en Chalco Estado de México y María de los Ángeles en el estado de Tamaulipas,  Fidel tenía a su gente distribuida en diferentes partes de la república mexicana.

Sin embargo si hubo un mexicano entre los expedicionarios fueron cuatro personajes los que participaron que no eran de nacionalidad cubana, uno de ellos Alfonso Zelaya Alger o Alfonso Guillen Celaya, quién nació en Torreón, Coahuila y  falleció a los 57 años en México el 22 de abril de 1994, cuando participaba en un evento como representante de Cuba. Fue enterrado en tierra cubana, en el cementerio de Colón el 25 de abril de 1994.

Fue el 9 de octubre de 1955 que  de paso por el bosque de Chapultepec, el joven mexicano se detuvo para escuchar con admiración el discurso que allí pronunciaba Fidel Castro, ante el grupo de compatriotas. De inmediato, Zelaya le manifestó a una amiga su deseo de colaborar con los compañeros del Movimiento 26 de julio. A finales de ese año hizo contacto con Héctor Aldama y al día siguiente del encuentro fue citado para el campo de tiro Los Gamitos, donde Fidel y otros cubanos realizaban prácticas. Horas después le expresaba a Raúl Castro su disposición de incorporarse a los planes revolucionarios.

En su evaluación del campo de tiro consta: Buen tirador. Excelente resistencia física, muy disciplinado. Algunas planchas y pasos dobles por sonrisas. Magnífico combatiente de primera línea y apto para mandar. Reacciona rápido ante cualquier situación. La noche del 20 de junio, Fidel visita el grupo donde se encontraba Zelaya. En torno al sitio se produce un movimiento policial sospechoso y Fidel ordenó a Zelaya y a Ciro Redondo alejarse del lugar, Fidel es detenido y al día siguiente son también prisioneros del Servicio Secreto, Zelaya y Ciro. Durante la detención, el mexicano es amarrado, interrogado y torturado salvajemente hasta perder el conocimiento. No le arrancaron ni una sola confesión. En julio de 1956, durante la celebración del tercer aniversario del Asalto al Cuartel Moncada, en Veracruz, Zelaya escribe en un documento su irrevocable decisión de luchar por la libertad de Cuba.

El 25 de noviembre de ese mismo año, formó parte de los 82 expedicionarios que partieron desde Tuxpan en el Granma. El 2 de diciembre se produce el desembarco y se inicia una azarosa marcha a través de ciénagas, manglares y dientes de perro. Zelaya fue uno de los que más se mareó en el barco y no obstante le quedaron fuerzas para cargar en hombros a uno de los compañeros que por su baja estatura corrió peligro de ahogarse.

Después de Alegría de Pío y rumbo a la Sierra Maestra, cayó prisionero y Frank País le orientó que en el tribunal se abstuviera de hacer declaraciones para que consiguiera la deportación. Fue condenado a seis años de prisión en el Presidio Modelo (antes estuvo en la cárcel de Boniato). Durante el tiempo que pasó en la cárcel recibió la visita de algunas compañeras del Frente Cívico de Mujeres Martianas; una de ellas es Anolan López, con quien se casó luego del Triunfo de la Revolución, en Cuba Zelaya fundó su familia; ahí nació su única hija, Patricia, y sus dos nietos, Katia y Patricio.

A finales de 1957, por gestiones del gobierno mexicano, recibió el indulto, pero no lo aceptó. De ahí que el gobierno de Batista lo deportara por indeseable y provisionalmente lo trasladaron a la prisión del Castillo del Príncipe, de donde salió hacia México el 17 de diciembre de 1957.