18 de Mayo de 2024

El presupuesto, ni varita mágica ni populista

Por Raúl Rodríguez Cortés

Quienes racional, pero sobre todo irracionalmente, están en contra del proyecto López Obrador, no dejan de gritar que su paquete económico es clientelar, populista, omiso en educación, ciencia y cultura, promotor de huevones y demás linduras por el estilo.

Y quienes racional, pero sobre todo irracionalmente, están a favor del presidente, ven en el Presupuesto 2019 que entregó al Congreso, la panacea para todos nuestros males, algo así como Los Diez Mandamientos de la ley de Dios.

Tratemos de entender, siempre al lado de los racionales de ambos bandos y más allá de filias y fobias ideológicas y partidistas, el sentido de un presupuesto que, de ninguna manera tiene la única intención de crear clientelas que respalden con votos la continuidad de un proyecto político, pero que tampoco es la varita mágica que resolverá mañana la desigualdad y las insuficiencias de nuestro desarrollo.

En principio es un presupuesto cuidadoso de los equilibrios macroeconómicos y de la disciplina fiscal y financiera. ¿Qué quiere decir? Que propone gastar solo lo que se ingresa, no crea nuevos impuestos ni aumenta los existentes. Tampoco le apuesta al endeudamiento para garantizar la viabilidad del gasto. Sus estimados son prudentes y hasta conservadores: crecimiento económico de entre 1.5 y 2.5%, superávit primario de 1% del PIB, inflación anual de 3.4%, tipo de cambio de 20 pesos por dólar y precio del barril de petróleo de 55 dólares.

Pero la gran diferencia parece ser la reorientación del gasto y las políticas públicas con que se pretende acompañar. Tres datos ilustran este aserto: Por primera vez en treinta años, la política económica considera una fuerte inversión pública en infraestructura básica para la zona con menor ingreso del país, la sur - sureste (Tren Maya, Tren Interoceánico y Refinería de Dos Bocas).

Y también, por primera vez en décadas, habrá una reducción de impuestos en la franja fronteriza norte (sueño tan acariciado del neoliberalismo) y un gasto en programas sociales prioritarios por un monto sin precedente de 252 mil millones de pesos (pensión adultos mayores y apoyo a jóvenes para que estudien y trabajen).  

No sin razón muchos nos hemos preguntado de dónde saldrá el dinero para financiar las promesas de AMLO. En el proyecto de Ley de Ingresos y en el presupuesto están, por lo menos en el papel. ¿Se lograrán? Está por verse. ¿La intención? Darle sentido a un nuevo proyecto de país.

El presupuesto 2019 pretende favorecer la inversión pública en infraestructura física, el gasto social en capital humano y el subsidio empresarial, por lo que el PIB del año entrante crecerá, en el mejor de los casos, arribita del 2%. Pero esos tres elementos deberán detonar mayor consumo e ingresos tributarios (que pasarían de 63.3% a 70% del total), lo que haría crecer la riqueza nacional hasta en 3% a finales de 2020 y cerca de 4% al término de este gobierno, con lo que se transitaría de un presupuesto asistencialista a uno inversionista, estima el maestro Ignacio Martínez Cortés del Laboratorio de Análisis en Comercio, Economía y Negocios de la UNAM.

Con la pretendida ampliación de la base gravable y el aumento del ingreso fiscal del gobierno, se buscará cubrir el boquete de 120 mil millones de pesos que significará reducir en la frontera norte el ISR a 20% y el IVA a 8%, medida esta que dará a conocer AMLO en los próximos días mediante una orden ejecutiva.

A todo eso le apuestan los estrategas económicos del gobierno de AMLO que acompañan su proyecto presupuestal con otras políticas públicas como la anunciada el lunes pasado de aumentar el salario mínimo general a 102 pesos diarios y en la frontera norte a 176 pesos.

Medida esta última tomada con el consenso de la parte patronal.

Instantáneas:

1. FRONTERA SUR. En línea con el proyecto presupuestal, el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard anunció ayer el acuerdo alcanzado con Estados Unidos mediante el cual ese país se compromete a invertir en el sur de nuestro país cuatro mil 800 millones de dólares y otros cinco mil 800 millones de dólares en Guatemala y Honduras y El Salvador, para detonar el desarrollo regional y frenar la inmigración. A ese monto deben sumarse los 25 mil millones de dólares que el gobierno de AMLO se ha comprometido a invertir durante los próximos cinco años en el sur-sureste del país. Ya le llaman el Plan Marshall para Centroamérica, en referencia al aplicado por Estados Unidos para levantar a Europa de la devastación de la Segunda Guerra Mundial.

2. CONFIRMADO: La dirección general de Pemex, incluyendo a Exploración y Producción de trasladarán a Ciudad del Carmen, Campeche. Desde ahí se coordinará la nueva estrategia energética propuesta el sábado pasado por AMLO que reconoció y agradeció el apoyo que le ha dado el gobernador de Campeche, Alejandro Moreno Cárdenas, en la implementación de programas que impulsarán la transformación de México.