2 de Octubre de 2024

Violencia una normalidad en las familias

-La falta de valores es el común denominador y la costumbre evita que sea algo peligroso vivir el maltrato

Por Liz Martínez

Crisis existencial de valores genera estadísticas de abusos hacia todos los integrantes de la familia, desde el niño hasta el adulto mayor, aunque es en la mamá en la que recae el sentimiento de culpa al atravesar por dicha situación, por lo que siguen atendiendo casos de este tipo, afirmó la Psicóloga Clínica del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), Ivonne Becerra Domínguez.

“Es un tema realmente fundamental y creo que la clave del éxito es el amor, qué tanto se ama uno como persona y como ser humano, y de ahí desencadenan todos los ciclos de violencia que se van moviendo y que la gente de repente no se va dando cuenta, y cree que vivir con violencia es vivir con algo normal en su vida”, explicó la profesionista en el rubro de salud mental.

Calificó como “triste” la estadística, porque se sugiere que cada cinco minutos hay una mujer violentada, lo que genera que se tengan ambientes hostiles con mayor frecuencia y, lo peor, dijo Becerra Domínguez, es que todo eso se observa como algo muy común y normal entre las familias.

Se indica que se consideran agresiones los insultos, gritos, amenazas y discusiones sin sentido donde se humilla a la mujer. Así como la indiferencia al diálogo, el silencio, ridiculizar ideas, creencias, intereses y opiniones, o comunicarse a través de órdenes y reproches.

Por lo general, explicó la Psicóloga, el maltrato físico va acompañado de otras formas de agresión, verbales o psicológicas, como las mencionadas anteriormente. Los golpes con el puño, jalar el cabello, empujar, dar bofetadas o pellizcos, patadas, quemaduras, lanzar objetos o inmovilizar a la mujer son acciones que se inscriben en este rubro.

Mencionó que menos evidentes que los golpes físicos son otro tipo de agresiones como actitudes o frases cotidianas; por ejemplo, todas aquellas que conciben a la mujer como alguien que sólo sirve para tener hijos, que es útil mientras es joven y atractiva, que no está autorizada para hablar pues seguro se equivoca, que no es capaz de establecer relaciones cordiales con alguien de su mismo género, que sólo se interesa por el dinero o los bienes materiales, o que para poder estar en pareja debe fingir falta de interés, que si tiene éxito profesional no se debe a sus capacidades, sino a su coquetería, entre muchas otras. 

Las amas de casa dicen que los maridos opinan que la mujer debe estar “en casa y callada”, porque la mujer es la persona adecuada para realizar todo el trabajo doméstico, que el estudio y el trabajo no los requiere, puesto que opinan que “¿para qué lo necesita? Al final se va a casar”, no necesita muchas matemáticas para estudiar”; además, infinidad de hombres impiden que la mujer trabaje porque “su deber es cuidar la casa y a los hijos”. 

Sin duda, finalizó,  el testimonio más común y menos atendido es el que le da una amiga a otra, porque se suelen platicar algunos episodios de peleas que ocurren con sus novios, sin saber que están siendo objeto de violencia, sobre todo, cuando se les prohíbe vestir o tener amistades de algún tipo.