Las carnes procesadas, por la forma en la que se hacen o por las cosas que llevan, son muy peligrosas.
Agencias.-
Cuando se trata de reducir el riesgo de cáncer, la alimentación juega un papel crucial. Los expertos en salud y oncología coinciden en que ciertos alimentos y bebidas deben ser evitados para minimizar las probabilidades de desarrollar esta enfermedad. Hay una lista, proporcionada por el Servicio Nacional de Salud, de los alimentos o bebidas que deberías reducir su consumo o de plano eliminar para llevar una vida más saludable y prevenir este padecimiento.
Las carnes procesadas, como salchichas, tocino, salami, chorizo o jamón, han sido vinculadas a un mayor riesgo de cáncer, especialmente de colon. Estas carnes se someten a procesos como curado, ahumado, salado o la adición de conservantes químicos como nitratos. Estos nitratos, al ser ingeridos, pueden transformarse en N-nitrosoquímicos (NOC), sustancias que pueden dañar las células del intestino y aumentar el riesgo de cáncer.
¿Qué consumir menos para tener menos riesgo de cáncer?
La Organización Mundial de la Salud (OMS) clasifica la carne procesada como "carcinógeno de clase uno", en la misma categoría que el tabaco y el alcohol. Aunque esto no significa que sea igual de peligrosa, sí indica que hay evidencia sólida de su relación con el cáncer. Por cada 50 gramos adicionales de carne procesada consumida al día, el riesgo de cáncer de colon aumenta en un 18 por ciento.
Y el consumo de alcohol está asociado con un mayor riesgo de varios tipos de cáncer, incluyendo cáncer de boca, garganta, laringe, esófago, mama, hígado e intestino. Los estudios han demostrado que incluso cantidades pequeñas pueden aumentar este riesgo. El alcohol daña las células del cuerpo y afecta las señales químicas, haciendo que las células sean más propensas a dividirse y a formar tumores cancerosos.
La carne roja, azúcar y cosas fritas también se asocian con el cáncer
La carne roja, incluyendo filetes y hamburguesas, también ha sido señalada por su posible relación con el cáncer. Aunque no está tan fuertemente asociada con el cáncer como las carnes procesadas, sigue siendo prudente reducir su consumo. La cocción de carne roja a altas temperaturas, como en parrillas produce aminas heterocíclicas (HCA) y aminas policíclicas (PCA), compuestos que pueden dañar las células del intestino. Los expertos sugieren consumir no más de 70 gramos de carne roja al día y complementar la dieta con otras fuentes de proteínas como legumbres, frutos secos y semillas.
Los alimentos ricos en azúcar y grasas saturadas, como pasteles, galletas, papas fritas y comida rápida, también deben ser evitados. Aunque no se ha demostrado que estos alimentos causen cáncer directamente, su consumo excesivo puede conducir al sobrepeso y la obesidad, factores de riesgo importantes para el cáncer.