Agencias
Esto
De los 26 jugadores que conforman la selección de Marruecos, 14 nacieron en otros países. El dato refleja la cotidianeidad de una nación en la que por año, alrededor de tres millones de sus ciudadanos abandonan su tierra en busca de oportunidades, pero no sus raíces. El equipo que ha conquistado el mundo con su fortaleza está conformado por lazos de sangre, esos que ni la distancia es capaz de romper.
La lista de 14 futbolistas la conforman Achraf Hakimi, Yassine Bounou, Romain Saiss, Munir Mohamedi, Selim Amallah, Amine Harit, Ilias Chair, Hakim Ziyech, Bilal El Khannous, Sofiane Boufal, Wlud Cheddira, Noussair Mazraoui, Sofyan Amrabat y Zakaria Aboukhal En lista figuran españoles, neerlandeses, belgas, franceses, canadienses e italianos, pero sobre todo, por elección, marroquíes.
Según datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el principal destino de los emigrantes marroquíes son Francia, España e Italia. La historia de esta selección comienza hace muchos años, cuando sus padres y abuelos dejaron Marruecos para ganarse la vida en otros países. Ahí formaron una familia, y sus hijos y sus nietos crecieron, con la consciencia plena de otras lenguas y otras costumbres, pero también de las propias, las de casa.
Uno de los casos más representativos es el del lateral derecho Achraf Hakimi. El marroquí nació en Madrid, España, y ahí se hizo futbolista, en las divisiones inferiores del Real Madrid. A pesar de que tuvo la oportunidad de representar a España, los lazos de sangre fueron más fuertes y optó por Marruecos, sin pensar que algún día iba a jugar la semifinal de un Mundial.
“Fui a probarme con la Selección española. Estuve un par de días en Las Rozas y vi que no era mi sitio adecuado. No me sentía como en casa. No era por nada en concreto, sino por lo que yo sentía, porque no era lo que había mamado y vivido en casa, que es la cultura árabe, ser marroquí. Yo quería estar aquí”, declaró en una ocasión el defensor del París Saint-Germain, equipo que pagó una millonada por él tras su paso por el Real Madrid y el Inter de Milán.
Una situación parecida vivió Ziyech, el talentoso atacante del Chelsea. Nacido en los Países Bajos, destacó en clubes como Heerenveen, Twente y Ajax. Su capacidad saltaba a la vista y en la selección de la “Naranja Mecánica” buscaron acercarse a él, incluso disputó algunos partidos en las categorías inferiores, hasta que tuvo el llamado de Marruecos, el país de orígen de sus padres. El “Mago”, como le dicen, no dudó y se fue a jugar con la selección con la que se identificaba. “Yo solo quiero jugar. No hablo el idioma, pero sé de dónde vengo”, fueron sus palabras.
Yassine Bounou, o Bono, como se le conoce, ha destacado con sus atajadas, pero también con su historia. Nacido en Canadá, volvió a Marruecos desde muy pequeño, a la tierra de sus padres. Ahí formó el sueño de ser futbolista, el cual pudo cumplir en España, como guardameta. Bono habla marroquí, y también castellano, eso sí, con un marcado acento argentino. “Soy más marroquí que cualquier otra cosa. Lo que pasa es que al llegar a España aprendí con argentinos y se me quedó un poquito el acento”, bromea.
JUGADOR PAÍS DE NACIMIENTO
ACHRAF HAKIMI ESPAÑA
MUNIR MOHAMEDI ESPAÑA
HAKIM ZIYECH PAÍSES BAJOS
NOUSSAIR MAZRAOUI PAÍSES BAJOS
SOFYAN AMRABAT PAÍSES BAJOS
ZAKARIA ABOUKHAL PAÍSES BAJOS
SELIM AMALLAH BÉLGICA
ILIAS CHAIR BÉLGICA
BILAL EL KHANNOUS BÉLGICA
ROMAN SAISS FRANCIA
SOFIANE BOUFAL FRANCIA
