AGENCIAS
Estados Unidos
Si fuera sólo por su récord en temporada regular, no habría duda de que los Golden State Warriors son el mejor equipo de la NBA. Pero su éxito va más allá de sólo ganar partidos y tiene que ver sobre todo con la forma en cómo los ganan.
Los Warriors aún tienen que demostrar si son los mejores o no en las Finales contra los Cleveland Cavaliers de Lebron James, sin embargo el título del equipo más espectacular de la liga ya es de ellos.
Golden State cumple la norma de ganar y gustar, gracias a un juego brillante y veloz en ambos lados de la duela: defensa y ataque. Desde hace tiempo el equipo californiano ya era una potencia en defensiva, pero le faltaba serlo en ofensiva.
La llegada del coach Steve Kerr en mayo de 2014 dio ese giro, con la ayuda del talento del "Jugador Más Valioso" de la temporada, Stephen Curry, y sus secuaces Klay Thompson, Draymond Green, Harrison Barnes y Andrew Bogut.
Para Kerr las claves son sencillas: el talento de sus jugadores y las rotaciones. Y la forma en las que los Warriors armaron su roster les da la profundidad necesaria para cambiar piezas sin que se note la diferencia.