“Al ser alta la multa, es más fácil que el ciudadano y el elemento de Tránsito puedan llegar a un acuerdo que ‘valga la pena’, por así decirlo, mientras que si es baja, se le da la oportunidad al ciudadano de no ‘pecar’ por tan poca cantidad e igualmente el elemento de Tránsito no se arriesga a perder su trabajo por una cifra ínfima”, acotó, previendo que seguramente el tiempo les dará la razón en el sentido de que al bajar las multas, se abatirá la corrupción.
Explicó asimismo que los cambios al Reglamento de Tránsito Municipal, mismos que ya fueron aprobados en sesión de Cabildo y entrarán en vigor a partir de su publicación en la Gaceta Oficial del Estado, fueron realizados atendiendo a las problemáticas más comunes en este Puerto, como la falta del cinturón o casco de seguridad, conducir a exceso de velocidad, en estado de ebriedad o mientras se habla por celular, y llevar niños en el asiento delantero.
Por último señaló que el Reglamento Municipal no había tenido cambios desde 2006 y necesitaban actualizarlo, siendo un aspecto importante el alcoholímetro, que entonces no se aplicaba y, por ende, no estaba especificado en la normatividad local con cuánto alcohol se puede considerar que un ciudadano se encuentra en estado de ebriedad, lo cual ya quedó estipulado.
