Héctor Moreno ingresó primero como contención y posteriormente pasó a la central
AGENCIAS
Barcelona, España
Lionel Messi sigue coleccionando tripletes, como el firmado ante el Espanyol al que el Barcelona goleó 5-1, en el que ejerció, como es habitual, de seguro de vida de su equipo para levantar para los suyos un partido que se les había puesto cuesta arriba con un tanto del equipo blanquiazul en la primera parte.
El Barcelona se encontró una muy buena versión del Espanyol, que primero subió la línea de defensa para presionar la salida del balón de los barcelonistas y, con el gol a favor, al cuarto de hora, dio un paso atrás, cerró los espacios por el centro del campo y ofreció las bandas, aunque ni Alba ni Alves hicieron jugadas de mérito.
El Espanyol firmó su gol en el minuto 13, en una acción en la que Caicedo puso ímpetu para robarle el balón a Busquets en el centro del campo, Sergio García lo recogió, lo condujo con criterio y, ante la pasividad de Piqué, se internó en el área y envió la pelota al fondo de las mallas (0-1).
El gol de Messi se podía predecir, después de que en el minuto 33 hiciese diabluras con regates a diestro y siniestro, pero el joven Eric se lanzó hábilmente al suelo para neutralizar el disparo final.
En tramo final de la primera parte fue de gran intensidad, con dos remates seguidos de Alba, con intervención en uno de ellos de Casilla, una escapada en solitario de Víctor Sánchez hacia la meta de Bravo, que el chileno desbarató con los pies al lanzarse al suelo, y una acción de Messi marca de la casa, en el 45, que acabó en gol (1-1), al armar la zurda tras ir buscando el hueco por donde meter el balón desde fuera del área.
En el 48, el Barça reclamó un nuevo penal, en esta ocasión en una carga de Eric a Neymar que envió al barcelonista al suelo. Al minuto siguiente, un pase de Suárez a la frontal lo recogió Messi, quien después de hacerle un caño a un rival, envió un balón colocado al palo al que Casilla no pudo atajar (2-1).
Noqueado el Espanyol, se vio superado y desbordado por un Barça que quería más, y en el minuto 54, tras un lanzamiento de córner, Piqué remató de cabeza a gol (3-1).
La tunda que estaba recibiendo el Espanyol en pocos minutos dejó al equipo de Sergio González sumido en una depresión, después de haber hecho un buen trabajo en el primer tiempo, haberse adelantado en el tanteador e, incluso, haberse podido poner 0-2 si Víctor Sánchez hubiese llegado con más oxígeno y fuerza en un contraataque en solitario.
El Barcelona aprovechó el momento de decaída del rival para liquidar el partido con dos goles más, el de Pedro (4-1) tras una acción en solitario y otro de Messi, su tercero de la noche, al finalizar una conducción en solitario con ayuda de una pared final con Alves.